El actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, podría no lograr la reelección en primera vuelta, según los últimos datos del recuento oficial de las elecciones nacionales celebradas en el país.
Resultados preliminares en Turquía
Con el 91 % de las urnas contadas, Erdogan obtiene un 49.9 % de los votos, un porcentaje insuficiente para ganar en primera vuelta, de acuerdo a la información proporcionada por la agencia estatal Anadolu. Su principal oponente, el líder de la oposición Kemal Kilicdaroglu, cuenta con un 44.4 % de los votos, una diferencia que parece disminuir a medida que avanza el recuento.
La agencia de noticias Anka, con inclinaciones opositoras, reporta que con un mayor porcentaje de urnas contadas, Erdogan tendría un 49 % y Kilicdaroglu un 45 %. Aún quedan por contabilizar los votos de millones de ciudadanos turcos residentes en el extranjero.
Si ninguno de los candidatos logra más del 50 % de los votos, los dos candidatos más votados competirán en una segunda vuelta el 28 de mayo. La Junta Suprema Electoral de Turquía ha afirmado que está proporcionando los números de forma “instantánea” a los partidos políticos, pero no hará públicos los resultados hasta que el recuento esté completo y finalizado.
Turquía: Una carrera electoral reñida
Erdogan, quien ha gobernado Turquía durante dos décadas como primer ministro o presidente, enfrenta en estas elecciones uno de los desafíos más duros de su carrera política. En los sondeos previos a las elecciones, se indicaba que el líder, cada vez más autoritario, estaba ligeramente por detrás de su oponente.
El partido del candidato de la oposición acusó a Anadolu de manipular los resultados, insistiendo en que Kilicdaroglu, un funcionario financiero de 74 años, estaba liderando la carrera electoral por un estrecho margen.
Los miembros del partido de Kilicdaroglu, el pro-secular Partido Republicano del Pueblo (CHP), sostuvieron que la agencia de noticias estatal estaba sesgada a favor de Erdogan. Por su parte, Omer Celik, portavoz del partido de Erdogan, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AK), acusó a la oposición de “intentar asesinar la voluntad nacional” al afirmar que la agencia de noticias estatal estaba distorsionando los resultados.
Kilicdaroglu: una promesa de cambio
Mientras Erdogan aspira a ganar un mandato de cinco años que lo llevaría a su tercera década como líder de Turquía, Kilicdaroglu ha centrado su campaña en la promesa de retornar al país a un camino más democrático y reparar su economía, golpeada por la alta inflación y la devaluación de la moneda.
Además de la elección presidencial, los votantes también eligieron a los legisladores para ocupar los 600 escaños del parlamento turco, que perdió gran parte de su poder legislativo después de que se aprobara un referéndum en 2017 para cambiar el sistema de gobierno del país a una presidencia ejecutiva.
Resultados preliminares del parlamento turco
Con el 88 % de las urnas contadas, la alianza del partido gobernante de Erdogan se sitúa ligeramente por encima del 50 %, mientras que la Alianza de la Nación de Kilicdaroglu ronda el 35 %, según la agencia Anadolu.
Más de 64 millones de personas estaban habilitadas para votar en estos comicios, que se celebran en el año del centenario de la fundación de la república turca, un estado moderno y secular surgido de las cenizas del Imperio Otomano.
Elecciones bajo presión en Turquía
La participación electoral en Turquía suele ser alta, pero el gobierno ha reprimido la libertad de expresión y de reunión desde el intento de golpe de Estado de 2016. Erdogan culpó del fallido golpe a los seguidores del clérigo Fethullah Gülen, antiguo aliado, e inició una gran represión contra los funcionarios con supuestos vínculos con Gülen y los políticos pro-kurdos.
Estas elecciones se ven internacionalmente como un test de la capacidad de la oposición unida para desalojar a un líder que ha concentrado casi todos los poderes del estado en sus manos y que ha trabajado para ejercer una mayor influencia en el escenario mundial.
Los desafíos de Erdogan
Erdogan ha sido criticado por su estilo autoritario, al que se atribuye la crisis de costo de vida que sufre el país. Las últimas estadísticas oficiales sitúan la inflación en torno al 44 %, habiendo bajado desde un máximo del 86 %. El precio de los vegetales se convirtió en un tema de campaña para la oposición, que utilizó una cebolla como símbolo.
El gobierno de Erdogan también fue criticado por su supuesta respuesta tardía e insuficiente al terremoto de magnitud 7.8 que dejó devastadas 11 provincias del sur. Se cree que la laxa implementación de los códigos de construcción exacerbó las bajas y el sufrimiento.
La promesa de la oposición: Kilicdaroglu
La Alianza de la Nación de Kilicdaroglu se comprometió a devolver a Turquía a un sistema de gobierno parlamentario si ganaba tanto las elecciones presidenciales como las parlamentarias. También prometió restaurar la independencia del poder judicial y del banco central, y revertir las restricciones a la libertad de expresión y otras formas de retroceso democrático en Turquía.
“Todos extrañamos mucho la democracia. Extrañamos estar juntos”, dijo Kilicdaroglu después de votar en una escuela en Ankara.