AKCAKALE, Turquía – La oficina del presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunció el miércoles que viajará a Sochi, Rusia, para mantener conversaciones sobre la ofensiva militar de Turquía en el noreste de Siria el 22 de octubre.
El presidente ruso Vladimir Putin invitó a Erdogan a visitar Rusia para hablar de Siria durante una llamada entre los dos líderes el martes, en medio de la presión sobre Turquía para que detenga su incursión.
Putin invitó a Erdogan “para una visita de trabajo en los próximos días. La invitación fue aceptada”, dijo la oficina de Putin en una declaración el martes a última hora.
La campaña militar de Turquía, que ya lleva ocho días, tiene como objetivo crear una zona segura a lo largo de su frontera con Siria que quede libre de combatientes sirios kurdos que considera terroristas y una amenaza para la seguridad nacional.
Las confirmaciones de la reunión se hicieron antes de la misión del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, para presionar a Turquía a favor de un alto el fuego en su ataque contra los combatientes sirios kurdos.

Erdogan ha desafiado las sanciones económicas de Estados Unidos, diciendo que la única manera de poner fin a su ofensiva militar sería si los combatientes sirios kurdos abandonan una zona fronteriza designada.
Erdogan también puso en duda una reunión planeada para el 13 de noviembre con el presidente estadounidense Donald Trump, citando la ira por las sanciones que Washington impuso el lunes al aliado de la OTAN.
Rusia ha actuado rápidamente para afianzar su papel de liderazgo y llenar el vacío después de que Trump ordenara la retirada de las fuerzas estadounidenses en el noreste de Siria. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, dijo en declaraciones de las agencias de noticias rusas que Moscú está comprometida con la mediación entre Siria y Turquía.
El movimiento estadounidense abandonó efectivamente a los combatientes kurdos aliados con los EE.UU. y despejó el camino para la invasión de Turquía con el objetivo de aplastarlos. Después de fuertes críticas en su país, Trump buscó una nueva influencia con Turquía imponiendo las sanciones.
La abrupta retirada de las tropas estadounidenses empujó a los kurdos a llegar a un acuerdo con el gobierno del presidente sirio Bashar Assad, respaldado por Rusia, permitiendo que sus fuerzas regresaran a las regiones del norte de Siria que abandonaron en el punto álgido de la guerra civil de ocho años de duración. También ha permitido a Moscú desempeñar un papel más destacado como interlocutor entre Assad, los antiguos aliados kurdos de Estados Unidos y Turquía.