El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, llegó a Moscú para conversaciones centradas en Siria con su homólogo ruso, Vladimir Putin, mientras sus Gobiernos negocian las zonas de influencia en el país devastado por la guerra.
Los líderes comparten una fuerte oposición de la presencia militar de los Estados Unidos en Siria, y la consideran un obstáculo para su influencia. Ambos pidieron la retirada de Estados Unidos y acogieron con satisfacción la decisión del presidente Donald Trump de retirar las tropas estadounidenses.
Pero a pesar de que Rusia y Turquía se han unido con Irán para negociar un acuerdo de paz para Siria, sus intereses a menudo chocan mientras compiten por la influencia individual.
Rusia ha instado a Turquía a actuar con más decisión para controlar a los militantes en el norte de Siria que lanzan ataques contra las fuerzas del Gobierno sirio y el Ejército ruso.