Una vez más, España batió un nuevo récord con 849 personas fallecidas por COVID-19 en 24 horas, aumentando el número total de muertos a 8.189, dijo el gobierno el martes.
El aumento se produjo después de un día en el que el número de muertes había disminuido ligeramente, aumentando las esperanzas de que la epidemia pudiera estar alcanzando su pico en España, que ha registrado el segundo número más alto de muertes por el virus en el mundo después de Italia.
Otras 9.222 personas resultaron positivas al virus en las últimas 24 horas, elevando el número total de casos confirmados a 94.417.
Con ambas infecciones y muertes en torno al 11% cada una, España está viendo un ligero repunte en el brote.
Esto es a pesar de una tímida disminución general de su propagación durante la última semana, permitiendo a las autoridades centrarse en evitar el colapso del sistema de salud. Al menos un tercio de las 17 regiones españolas ya estaban al límite de su capacidad en cuanto al uso de las unidades de cuidados intensivos, mientras que se están añadiendo nuevas camas en hoteles, centros de exposiciones y centros deportivos de todo el país.
Al menos el 14% de los infectados son personal médico muy necesitado. Muchos de ellos carecen del equipo de protección adecuado.
El gobierno también quiere amortiguar los efectos sociales de una gran desaceleración económica. España está oficialmente “en hibernación”, con nuevas medidas que paralizan toda la actividad económica, excepto la esencial, que entrará en vigor el martes.
Se espera que el gabinete de izquierda del presidente Pedro Sánchez añada un nuevo paquete de ayudas de 700 millones de euros, incluyendo préstamos sin interés, así como que suspenda los desalojos de las familias que no pueden pagar el alquiler de sus casas.