El Organismo Internacional de Energía Atómica confirmó que la central nuclear de Zaporizhzhia volvió a perder el acceso a fuentes de energía externas el miércoles, y reveló que la planta dependía de generadores diésel para seguir siendo funcional y segura.
En un comunicado, el organismo de control nuclear de las Naciones Unidas describió la situación de seguridad nuclear “cada vez más precaria” en la planta, describiendo cómo el conflicto entre los soldados ucranianos y rusos había creado una situación peligrosa y que empeoraba en la planta.
Un equipo de expertos del OIEA y funcionarios de la planta confirmaron que ésta se quedó sin energía a las 15:30 hora local, lo que significa que se desconectó por completo de la red nacional. La noticia se produjo después de que se informara de una “acción militar generalizada” contra la infraestructura energética nacional de Ucrania.
Una nueva ronda de ataques con misiles en Ucrania hizo que la central quedara fuera de servicio, lo que provocó que 20 generadores diésel del lugar comenzaran a funcionar automáticamente.
Ocho generadores empezaron a suministrar a la central nuclear la energía suficiente para mantener en funcionamiento los equipos relacionados con la seguridad, y otros 12 generadores quedaron en modo de espera.
El reciente bombardeo puso en riesgo un accidente nuclear en Ucrania
La noticia llega apenas unos días después de que Rosatom, la agencia estatal rusa de energía atómica, advirtiera que la central de Zaporizhzhia corría el riesgo de sufrir un accidente nuclear tras los bombardeos ocurridos el fin de semana. Tanto Kiev como Moscú negaron la responsabilidad de los ataques, que causaron importantes daños en los edificios y en los equipos de seguridad de la planta.
En un comunicado del fin de semana, el OIEA dijo que se produjeron alrededor de una docena de explosiones en la planta como resultado de los bombardeos, lo que provocó que algunos edificios, sistemas y equipos de la planta resultaran gravemente dañados.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, hizo un llamamiento a cualquiera de las partes responsables de los ataques para que “cesen inmediatamente” y advirtió que los combates en el emplazamiento eran como “jugar con fuego”.
Grossi también pidió un acuerdo entre las dos partes para establecer una zona de seguridad nuclear alrededor de la planta, e insistió en que no se rendirá hasta que sea “una realidad”.
En los últimos días se han compartido en las redes sociales fotografías y vídeos de los daños causados en el emplazamiento, que muestran tuberías reventadas y fugas, paredes completamente destruidas y enormes cráteres en el techo de un edificio del recinto de la central.
Las imágenes de vídeo también mostraban explosiones en los terrenos de la instalación, con grabaciones realizadas a través de paneles de vidrio roto. También se puede ver humo saliendo del tejado de uno de los edificios del recinto mientras los misiles aterrizan en la distancia.