Es “razonable concluir” que el trabajo forzado de miembros de grupos minoritarios ha tenido lugar en la región occidental china de Xinjiang, dijo el principal experto de la ONU sobre la esclavitud en un informe publicado esta semana, lo que provocó una respuesta feroz de Pekín.
Las conclusiones están “basadas en una evaluación independiente de la información disponible”, dijo el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de esclavitud, Tomoya Obokata, en un informe que compartió en su cuenta de Twitter el martes.
“El Relator Especial considera razonable concluir que el trabajo forzoso entre uigures, kazajos y otras minorías étnicas en sectores como la agricultura y la industria manufacturera ha estado ocurriendo en la región autónoma uigur de Xinjiang (China)”, decía.
China rechaza todas las acusaciones de abusos contra los uigures y otros grupos minoritarios musulmanes en Xinjiang.
El informe, fechado el 19 de julio, está disponible públicamente en una biblioteca de documentos de la ONU.
En Xinjiang existen dos sistemas distintos “exigidos por el Estado”, según el informe: un sistema de centros de educación y formación profesional, en el que las minorías son “detenidas y sometidas” a puestos de trabajo, y un sistema de alivio de la pobreza mediante la transferencia de mano de obra, en el que participan trabajadores rurales.
“Si bien estos programas pueden crear oportunidades de empleo para las minorías y mejorar sus ingresos, como afirma el Gobierno, el Relator Especial considera que en muchos casos se han presentado indicadores de trabajo forzoso que apuntan a la naturaleza involuntaria del trabajo realizado por las comunidades afectadas”, decía el informe de 20 páginas, que también abarcaba cuestiones contemporáneas relacionadas con la esclavitud y preocupaciones en otros países.
China sigue negando el trabajo forzoso en Xinjiang
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China reiteró el miércoles que Pekín niega que haya habido nunca trabajo forzoso en Xinjiang, defendió la trayectoria de China en la protección de los derechos de los trabajadores y criticó duramente las conclusiones del informe.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, declaró en una sesión informativa diaria en Pekín que “un determinado relator especial opta por creer en las mentiras y la desinformación sobre Xinjiang difundidas por Estados Unidos y otros países occidentales y por las fuerzas antichinas”.
El informe de Obokata es independiente de un informe muy esperado sobre los derechos humanos en Xinjiang que está preparando la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, que se ha comprometido a publicarlo antes de dejar su cargo a finales de este mes.
Reuters informó el mes pasado de que China ha intentado impedir que Bachelet publique su informe, citando una carta china revisada por Reuters y por diplomáticos que la recibieron.