El servicio de inteligencia holandés dijo el jueves que había descubierto a un agente militar ruso que intentaba utilizar una identidad falsa para infiltrarse en la Corte Penal Internacional (CPI) que investiga las acusaciones de crímenes de guerra en Ucrania.
Sergey Vladimirovich Cherkasov creó una elaborada historia de encubrimiento que se remonta a años atrás para intentar entrar en los Países Bajos como ciudadano brasileño para realizar unas prácticas en la CPI con sede en La Haya en abril, dijo el jefe de la agencia a Reuters.
“Esta fue una operación a largo plazo, de varios años, del GRU, que costó mucho tiempo, energía y dinero”, dijo el jefe de la agencia de inteligencia holandesa, Erik Akerboom, utilizando el acrónimo del servicio de inteligencia militar de Rusia.
No fue posible contactar de inmediato con ningún representante del GRU para que hiciera comentarios, aunque el gobierno del presidente Vladimir Putin ha negado con frecuencia en el pasado las acusaciones de espionaje como una campaña de desprestigio occidental contra Moscú.
El Servicio General de Inteligencia y Seguridad holandés (AIVD) dijo en un comunicado que el hombre, que se hacía llamar Viktor Muller Ferreira, fue recogido en un aeropuerto holandés. Fue declarado extranjero indeseable y embarcado en el siguiente vuelo de regreso a Brasil, donde se enfrenta a un proceso judicial, añadió.
“Esto nos muestra claramente lo que pretenden los rusos: tratar de obtener acceso ilegal a la información dentro de la CPI. Lo clasificamos como una amenaza de alto nivel”, añadió Akerboom, quien dijo que la CPI lo había aceptado para una pasantía.
Las autoridades brasileñas, el gobierno ruso y la CPI no hicieron comentarios inmediatos sobre el caso.
Una “coartada bien construida”
La agencia holandesa dijo que había dado el inusual paso de publicar información detallada sobre el caso para exponer el funcionamiento de la inteligencia rusa y la amenaza a otras instituciones internacionales.
Distribuyó un documento de cuatro páginas en el que se esbozaba lo que, según la agencia, era la historia inventada de Cherkasov. Eso incluía una supuesta historia familiar problemática y detalles de un club en el que le gustaba escuchar música electrónica de trance y su restaurante favorito en Brasilia, donde comía un guiso barato.
“Cherkasov utilizó una identidad encubierta bien construida con la que ocultó todos sus vínculos con Rusia en general, y con el GRU en particular”, dice el comunicado.
La CPI, un tribunal mundial permanente de crímenes de guerra con 123 Estados miembros, abrió una investigación en Ucrania apenas unos días después de que Putin enviara sus tropas el 24 de febrero. Está examinando las acusaciones de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.
Los holandeses han expulsado a más de 20 rusos acusados de espionaje en los últimos años.
Entre ellos se encuentran cuatro personas acusadas en 2018 de hackear la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), dos acusados de espiar en el sector corporativo y de alta tecnología en 2020, y 17 presuntos agentes acreditados como diplomáticos que fueron expulsados tras la invasión de Ucrania de este año.
Rusia ha negado todos los cargos y ha respondido a las últimas expulsiones echando también a 15 miembros del personal de la embajada y del consulado holandés en Moscú y San Petersburgo.