Estados Unidos ejecutó bombardeos nocturnos en la capital yemení, Saná, y distritos cercanos, según la agencia hutí Saba, en el marco de la operación Rough Rider.
Operación Rough Rider escala tensiones en Yemen
La agencia noticiosa Saba, controlada por los hutíes, informó que Estados Unidos llevó a cabo ataques aéreos durante la noche del 2 de mayo de 2025 contra la capital de Yemen, Saná, y los distritos de Bani Hashish y Khab al-Shaaf. La agencia no ofreció detalles específicos sobre los objetivos ni el alcance de los bombardeos, pero señaló que las operaciones se produjeron en múltiples puntos de la región bajo control hutí. Fuentes militares estadounidenses no han confirmado oficialmente estos ataques específicos, aunque forman parte de la campaña Operación Rough Rider, iniciada el 15 de marzo de 2025, que busca neutralizar las capacidades militares de los hutíes, respaldados por Irán.
La operación estadounidense ha mantenido un ritmo de ataques casi diarios contra posiciones hutíes, enfocándose en instalaciones utilizadas para fabricar drones y misiles que amenazan la navegación en el mar Rojo y el Golfo de Adén. Según reportes de medios en inglés, como USNI News, en los últimos 45 días, Estados Unidos ha golpeado más de 1,000 objetivos hutíes, incluyendo almacenes de armas y centros de mando. Los hutíes, por su parte, han respondido con lanzamientos de misiles y drones contra buques de guerra estadounidenses y comerciales en la región, aunque no han logrado impactar directamente ningún navío militar de EE. UU.. Un incidente reciente, reportado el 28 de abril, involucró una maniobra evasiva del portaaviones USS Harry S. Truman, que se saldó con un avión F/A-18E Super Hornet deslizándose de un elevador, sin mayores consecuencias.
El Reino Unido se ha sumado a los esfuerzos estadounidenses, participando en bombardeos conjuntos. El 1 de mayo, el Ministerio de Defensa británico confirmó ataques contra un complejo a 15 millas al sur de Saná, utilizado por los hutíes para producir drones empleados en ataques marítimos. Este fue el primer ataque británico bajo el marco de la Operación Rough Rider, según informó Moneycontrol. Los bombardeos aliados buscan debilitar la infraestructura militar hutí, que ha crecido con armamento avanzado suministrado por Irán, incluyendo misiles balísticos y drones de largo alcance, de acuerdo con un análisis del Sanaa Center.
Los hutíes, un movimiento zaidí chiíta que controla Saná desde 2014, han intensificado sus operaciones en el mar Rojo desde octubre de 2023, tras el ataque del grupo terrorista Hamás contra Israel. Según declaraciones de los hutíes, sus acciones contra buques occidentales y objetivos israelíes son en solidaridad con los palestinos. Medios en hebreo, como Ynet, han reportado que los hutíes lanzaron al menos tres misiles balísticos hacia Israel en abril de 2025, interceptados por sistemas de defensa aérea israelíes. Estos ataques han elevado las tensiones regionales, con Israel monitoreando de cerca las capacidades hutíes, que incluyen drones capaces de alcanzar distancias de hasta 2,000 kilómetros.
Datos clave sobre los ataques en Yemen
- La Operación Rough Rider comenzó el 15 de marzo de 2025 y ha golpeado más de 1,000 objetivos hutíes en 45 días.
- Los bombardeos se centran en instalaciones de drones y misiles en Saná, Bani Hashish, y Khab al-Shaaf, según la agencia Saba.
- El Reino Unido participó en ataques el 1 de mayo, targeting un complejo de fabricación de drones al sur de Saná.
- Los hutíes controlan Saná desde 2014, tras iniciar una guerra civil contra el gobierno yemení.
- Irán provee a los hutíes de armamento avanzado, incluyendo misiles balísticos y drones de largo alcance.
Contexto regional y capacidades hutíes
Los hutíes han consolidado su control sobre gran parte del noroeste de Yemen, incluyendo la capital, Saná, desde que derrocaron al gobierno yemení en 2014. Este conflicto, que desató una guerra civil, ha generado una crisis humanitaria, con el Sanaa Center reportando que el 62% de la población yemení enfrenta inseguridad alimentaria. A pesar de las sanciones internacionales, los hutíes han fortalecido su arsenal con apoyo iraní, lo que les permite realizar ataques sofisticados contra objetivos marítimos y terrestres. Según USNI News, los hutíes han desplegado drones de ataque unidireccionales y misiles que han puesto en riesgo la navegación en el mar Rojo, una ruta comercial clave.
La Operación Rough Rider se desarrolla en un contexto de negociaciones entre la administración de Donald Trump e Irán sobre el programa nuclear de Teherán, que ha avanzado rápidamente. Los ataques estadounidenses buscan presionar a los hutíes y, por extensión, a su principal aliado, Irán, mientras EE. UU. mantiene dos portaaviones, el USS Harry S. Truman y otro no identificado, en la región para proyectar poder. Reportes en hebreo de Maariv indican que Israel ha intensificado su vigilancia sobre las actividades hutíes, especialmente tras los intentos de atacar territorio israelí, aunque no se han reportado impactos directos.
Uno de los ataques más letales de la campaña ocurrió el 18 de abril, cuando un bombardeo estadounidense en el puerto de Ras Isa dejó al menos 74 muertos y 171 heridos, según datos de Moneycontrol. Este incidente, el más mortífero hasta la fecha, destacó la intensidad de la operación y sus consecuencias en áreas civiles. Los hutíes han denunciado estos ataques como agresiones contra Yemen, mientras medios afiliados, como Saba, reportaron el 2 de mayo nuevos bombardeos en Khab al-Shaaf, en la gobernación de Al Jawf, con ocho incursiones.
La participación británica y el aumento de los ataques han generado reacciones en la región. Medios en hebreo, como Israel Hayom, destacan que la coalición liderada por EE. UU. busca evitar una escalada mayor con Irán, pero los enfrentamientos continuos en Yemen podrían complicar las negociaciones diplomáticas. Los hutíes, mientras tanto, han prometido continuar sus operaciones en el mar Rojo, lo que sugiere que la guerra está lejos de resolverse.
Impacto estratégico y perspectivas
La Operación Rough Rider representa un esfuerzo sostenido de Estados Unidos y sus aliados para degradar las capacidades militares de los hutíes, que han demostrado resiliencia a pesar de los intensos bombardeos. Los ataques en Saná y distritos vecinos, como Bani Hashish y Khab al-Shaaf, reflejan un enfoque en objetivos de alto valor, como centros de producción de armas. Sin embargo, la falta de avances significativos en el terreno sugiere que la campaña podría prolongarse, según análisis de USNI News.
En el ámbito regional, Israel mantiene una postura defensiva frente a los hutíes, con sistemas como Arrow y David’s Sling preparados para interceptar cualquier misil o dron proveniente de Yemen. Medios hebreos reportan que el ejército israelí ha reforzado sus defensas en el sur del país, anticipando posibles retaliaciones hutíes. La conexión entre los ataques hutíes y la guerra en Gaza, iniciado por Hamás en octubre de 2023, sigue siendo un factor clave, ya que los hutíes utilizan este argumento para justificar sus operaciones.
La campaña estadounidense, apoyada por el Reino Unido, opera en un delicado equilibrio, buscando debilitar a los hutíes sin provocar una confrontación directa con Irán. Los bombardeos en Saná y otras áreas bajo control hutí continuarán probablemente mientras los hutíes mantengan su capacidad de atacar buques en el mar Rojo. La situación en Yemen sigue siendo un punto crítico en la geopolítica de Oriente Medio, con implicaciones para la seguridad marítima y las relaciones entre las potencias regionales y globales.
Los reportes de Saba sobre los ataques del 2 de mayo coinciden con un patrón de escalada en la región, donde los hutíes buscan proyectar poder a pesar de las presiones militares. La ausencia de detalles en los comunicados hutíes refleja su estrategia de mantener ambigüedad sobre las pérdidas sufridas, mientras EE. UU. y sus aliados intensifican sus operaciones para proteger intereses estratégicos en el mar Rojo y más allá.