Los agentes de la inteligencia militar de Rusia (antes GRU) establecieron una base en los Alpes franceses para llevar a cabo operaciones especiales en Europa, escribe el periódico francés Le Monde, citando fuentes anónimas.
Según la agencia de noticias, el grupo de trabajo del GRU estaba formado por 15 oficiales de una división de inteligencia de élite que eran responsables de “asesinatos por encargo y sabotajes”.
La base secreta existió entre 2014 y 2018. Durante este tiempo, los espías rusos hicieron múltiples viajes desde Haute-Savoie a Londres, Moscú y viceversa. También viajaron entre Francia, España y Suiza.
Además, los miembros del grupo realizaron varios viajes a Bulgaria, Moldavia, Montenegro y otros países europeos. Los agentes utilizaban los llamados “buzones muertos” para comunicarse entre sí.
Según fuentes de Le Monde, uno de los agentes estuvo involucrado en el envenenamiento del ex agente doble Sergey Skripal y su hija Yulia en Salisbury, Inglaterra, en marzo de 2018. Las fuentes afirman que los agentes de GRU no llevaron a cabo ninguna actividad subversiva en la propia Francia.