Irak nunca debe olvidar los crímenes de Saddam Hussein o permitir que regrese su partido, dijo el domingo el presidente Barham Salih, después de asistir al desenterrado de una fosa común de Kurdos asesinados por las fuerzas del ex líder hace tres décadas.
La tumba, encontrada en el desierto a unos 170 km (106 millas) al oeste de la ciudad de Samawa, contenía los restos de docenas de kurdos “desaparecidos” por las fuerzas de Saddam, dijo la oficina de Salih.
Se encontraban entre las 180.000 personas que pudieron haber sido asesinadas durante la campaña “Anfal” de Saddam dirigida a los kurdos iraquíes a fines de la década de 1980, cuando se usó gas químico, se arrasaron aldeas y miles de kurdos fueron forzados a ingresar a los campamentos.
“Los mató porque no aceptaron la continuación de este régimen, porque querían vivir una vida libre y digna”, dijo Salih, un kurdo, en una conferencia de prensa en la tumba.
“Los llevó a Samawa para enterrarlos, pero nuestra gente en Samawa los abrazó”, agregó Salih. Las provincias del sur de Irak están habitadas predominantemente por árabes chiítas, que también sufrieron opresión y asesinatos en masa bajo el mando de Saddam, un árabe sunita.
“El nuevo Irak nunca debe olvidar estos crímenes que se cometieron contra los iraquíes de todos los grupos”, dijo.