Turquía lanzó ataques aéreos contra objetivos en el norte y el este de Siria el 19 de noviembre. El bombardeo, con aviones de guerra, drones y artillería, mató a muchos civiles y miembros de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), el principal socio de Estados Unidos en la coalición multilateral contra el ISIS. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió de que los ataques aéreos son “solo el principio”.
Ha habido una connivencia bien documentada entre la Agencia Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT) y los yihadistas sirios. A partir de 2016, aproximadamente 60.000 militantes de más de 100 países pasaron por Turquía hacia Siria. El MIT les proporcionó apoyo logístico, fondos y armas, e incluso organizó la atención médica en hospitales turcos para los yihadistas heridos en el campo de batalla.
En contraste con la duplicidad de Turquía, los kurdos son aliados indispensables de Estados Unidos. El SDF -con los kurdos en su núcleo– ha sido la punta de la lanza contra el ISIS. El general Mazloum Abdi, comandante en jefe de las FDS, me dijo que 12.000 miembros de las FDS han muerto y 24.000 han resultado gravemente heridos luchando contra el ISIS a instancias de Estados Unidos.
Ahora, Turquía está concentrando más tropas en la frontera siria, amenazando con una operación transfronteriza masiva. Turquía quiere inspirar una fuga para que los miembros de ISIS puedan unirse a esta etapa de la lucha.
Situado en el norte de Siria, el campo de Al Hol es una reserva de islamistas dispuestos a luchar. El campamento se creó en 1991, durante la Guerra del Golfo, como refugio para los refugiados iraquíes. Se encuentra a doce kilómetros de la frontera entre Irak y Siria y a setenta kilómetros de las regiones ocupadas por el ejército turco al este del río Éufrates, en Siria.
Hay 55.000 familiares del ISIS en Al Hol. La población del ISIS está compuesta por 25.000 refugiados iraquíes, 20.000 familias sirias y 8.000 familias extranjeras. El campamento alberga a más de 10.000 combatientes duros procedentes de cincuenta y dos países. Turquía busca avanzar en sus objetivos creando el caos para que estos combatientes puedan escapar.
En 2019, Turquía invadió Gire Spi (Tal Abyad) y bombardeó las inmediaciones del campamento de Ain Issa. Las familias del ISIS aprovecharon el caos y huyeron hacia Turquía, pero fueron apresadas por las SDF. En enero de 2022, los yihadistas apoyados por Turquía organizaron una fuga desde el campamento de Hasakah. Una vez más, las SDF frustraron la operación. El área alrededor de la prisión de Jerkin en Qamishlo también fue blanco de ataques aéreos turcos, lo que ayudó a los combatientes de ISIS a escapar y unirse al Ejército Nacional Sirio, una fuerza terrorista bajo el control de Turquía.
Los miembros de las Fuerzas de Autodefensa tienen familias en las aldeas sirias situadas a lo largo de la frontera con Turquía. Temen por la seguridad de sus esposas e hijos y se sienten obligados a proteger a sus seres queridos.
Las fuerzas armadas turcas se están concentrando en la frontera, listas para invadirla. Atacarán a las Fuerzas de Autodefensa a menos que Estados Unidos las disuada.
Las Fuerzas de Autodefensa esperan más de la administración Biden. El presidente Joe Biden debería hacer una declaración pública denunciando el belicismo de Turquía, mientras que el secretario Antony Blinken debería visitar Ankara para advertir que habrá un alto precio por la agresión contra las SDF.
Turquía justifica su agresión alegando que las Fuerzas de Autodefensa son responsables del atentado de Estambul que causó seis muertos y ochenta y un heridos el 13 de noviembre. Las Fuerzas de Autodefensa lamentan la pérdida de vidas y han pedido una investigación. Esta afirmación es una noticia falsa que Erdogan está utilizando para justificar la agresión turca.
El ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, ha acusado a Estados Unidos de actuar en connivencia con los kurdos para organizar el atentado. Esta absurda acusación debe ser investigada; al implicar a Estados Unidos, Soylu ha abierto la puerta a que la Oficina Federal de Investigación investigue el incidente.
Podemos especular sobre los motivos de Erdogan. El apoyo interno al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan se está erosionando drásticamente en vísperas de las elecciones nacionales turcas de junio de 2023. Erdogan cree que llamando terroristas a los kurdos y matando a kurdos conseguirá que la base nacionalista de Turquía apoye al AKP.
Una investigación completa e independiente exonerará a los kurdos de cualquier implicación en el atentado. Mientras tanto, Estados Unidos debería apoyar a las Fuerzas de Autodefensa para mantener el orden en los campamentos donde residen las familias del ISIS. Erdogan quiere crear el caos para que las familias de ISIS puedan escapar y unirse a la refriega.
Estados Unidos y las Fuerzas de Autodefensa son aliados naturales. Comparten el compromiso con el federalismo democrático, la emancipación de la mujer y la sostenibilidad medioambiental. Turquía puede ser un aliado de la OTAN, pero los kurdos son amigos de Estados Unidos en la lucha contra el extremismo violento.