El silencio más ensordecedor es el del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid al-Hussein, el príncipe jordano siempre dispuesto a condenar a Israel y Estados Unidos, pero que nunca ha dedicado ni una palabra a las víctimas de la represión iraní.
Luego está el silencio de los comités del Consejo de Derechos Humanos. ¿Ni una sola declaración urgente de estos «expertos» sobre detención arbitraria, libertad de expresión, libertad de reunión y tortura?
Pero el silencio que es más sorprendente es el de las feministas.
La joven iraní agitando su hijab blanco para decir no a la República Islámica de los ayatolás se ha convertido en la imagen icónica de las protestas. Muchas mujeres jóvenes en Irán están imitando su gesto de decir «no» a cualquier forma de opresión.
Las feministas occidentales están en silencio
La ministra sueca de Asuntos Exteriores, Margot Wallstrom, tuiteó que está “siguiendo” las manifestaciones en Irán. No es lo que se esperaría de una mujer orgullosa de dirigir “el primer gobierno feminista en el mundo”.
Hace un año, la ministra sueca de Comercio Ann Linde y otras diez mujeres miembros del gobierno de Löfven se reunieron con el presidente iraní Hassan Rohani con hiyabs y abrigos largos, de acuerdo con las leyes de “modestia” que en Irán hacen obligatorio el velo islámico. Los tweets de Ann Linde estaban en contra del discurso de odio en línea y el cambio climático.
Los tweets de Federica Mogherini, responsable de la política exterior de Bruselas, hablan de “monitorear” la situación en Irán (ella también ha puesto velos largos en sus visitas a Teherán, incluidos muchos selfies con los ayatolás).
Enfrentada con los ataques del líder liberal Jan Björklund en el tabloide sueco Aftonbladet , Ann Linde defendió su hijab diciendo que no estaba lista para violar la ley iraní.
Entonces las chicas iraníes son abandonadas en su lucha contra la dictadura
Los grupos feministas estadounidenses se están preparando para la “Marcha de las mujeres” como lo hicieron el año pasado, pero mientras sus hermanas iraníes toman las calles para protestar contra un gobierno fundamentalista, en busca de verdadera igualdad de derechos, las organizaciones feministas estadounidenses se mantienen en silencio. Las feministas reales deberían movilizarse por la causa de estas mujeres iraníes, porque la lucha por la igualdad no se detiene con los pronombres correctos de “género”, sino que deben tratar de derrotar a un régimen islámico, islamista y fundamentalista que durante décadas ha mantenido a las mujeres como ciudadanas de segunda de clase.
La Organización Nacional de Mujeres (NOW) guarda silencio. La Asociación Estadounidense de Mujeres Universitarias guarda silencio, están demasiado ocupadas hablando de la “brecha salarial”. ¿Y las Women’s Marchers? Están organizando una conferencia … en Las Vegas. ¿Título? “Juntas nos levantamos”.
Linda Sarsour, una de las líderes de la Marcha de Mujeres, ha pasado años tratando de afirmar el hijab como un símbolo de “empoderamiento». En los últimos días, ella está ocupada tuiteando contra Donald Trump, por “el colonialismo estadounidense en Puerto Rico” y en favor del boicot a Israel.
Estas feministas deberían hacer un recorrido por Israel, donde las mujeres pueden ser pilotos de la IAF si así lo desean. Luego deberían ir a Arabia Saudita, donde tal vez incluso se les permita conducir automóviles, quizás…