Las autoridades locales anunciaron que las defensas aéreas rusas derribaron un vehículo aéreo no tripulado (UAV) cerca de Sebastopol, el último de una serie de ataques denunciados contra activos militares rusos en Crimea durante el último mes.
“Los sistemas de defensa aérea se activaron de nuevo en Sebastopol. Según los datos preliminares, un dron fue derribado cerca del Cabo Khersones”, dijo el domingo el gobernador de Sebastopol nombrado por Rusia, Mikhail Razvozhayev, según el medio de noticias estatal ruso TASS. El cabo de Jersones se encuentra a unas nueve millas de Sebastopol, la mayor ciudad de la Crimea anexionada a Rusia. Este ataque es el segundo en menos de una semana, ya que Razvozhayev informó el 23 de agosto que los sistemas de defensa aérea rusos derribaron varios drones frente a la costa de Crimea.
El 20 de agosto, el cuartel general de la Flota del Mar Negro de Rusia en Sebastopol fue sacudido por un supuesto ataque con drones. Unas imágenes publicadas en las redes sociales parecían mostrar una columna de humo que se elevaba sobre la zona donde tiene su sede la Flota del Mar Negro. “Estoy en el cuartel general de la Flota”, escribió Razvozhayev poco después del supuesto ataque. “Hace veinticinco minutos, un dron voló hacia el techo. Por desgracia, no fue derribado… voló bajo. No hay víctimas”.
“Los ataques con pequeños drones continúan”, escribió en Telegram el funcionario ruso de Crimea Oleg Kryuchkov. “El objetivo es psicológico, no militar, la carga útil es mínima y es imposible infligir daños significativos con ella. La mejor manera de ayudar al ejército y a la armada [rusos] es mantener la calma e informar de todas las personas, sucesos y descubrimientos sospechosos a las autoridades competentes”.
El cuartel general de la Flota del Mar Negro fue atacado previamente el 31 de julio -el Día de la Marina en Rusia- por un dron que portaba un “explosivo de bajo rendimiento”, lo que llevó a las autoridades locales a cancelar todas las festividades previstas. Estos ataques fueron seguidos a principios de agosto por explosiones en el aeródromo de Saki, cerca de la localidad de Novofedorivka, que destruyeron al menos siete aviones rusos estacionados. Menos de una semana después, otra explosión en el distrito de Dzhankoi, en Crimea, causó al parecer varios heridos entre la población civil y dañó zonas residenciales cercanas.
Las autoridades rusas en Crimea han informado de ataques con drones con regularidad durante las últimas semanas, aunque el alcance y la eficacia de estos ataques siguen sin estar claros.
Kiev no ha confirmado ni negado la participación ucraniana en los ataques a Crimea. Un funcionario ucraniano no identificado dijo a The Washington Post a principios de este mes que el ataque al aeródromo de Saki fue obra de las fuerzas especiales ucranianas, a veces denominadas en Ucrania “partisanos”. La CNN informó el sábado de que Ucrania, alentada por el entrenamiento y los envíos de armas de Occidente, ha adoptado efectivamente una doctrina desarrollada por Estados Unidos para llevar a cabo ataques en lo más profundo del territorio controlado por Rusia como parte de lo que los funcionarios y expertos occidentales han llamado una estrategia de “guerra de resistencia” destinada a imponer costos continuos a un ejército ruso sustancialmente más grande y mejor equipado.