Como resultado de una operación especial en varias fases, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) neutralizó un grupo de sabotaje y reconocimiento de la Dirección Principal de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de Rusia (más conocida como GRU). Los miembros del grupo estaban preparando los asesinatos del Ministro de Defensa ucraniano, del Jefe de la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania y de un conocido activista ucraniano.
Según el SBU, el grupo estaba formado por empleados de carrera de la Inteligencia militar rusa. El grupo estaba encabezado por un residente de la zona ocupada de Luhansk, que anteriormente luchó contra las fuerzas ucranianas en el este de Ucrania. Fue él quien, utilizando sus conexiones en los círculos criminales, siguiendo órdenes del coordinador desde Moscú, buscaba un asesino para cometer asesinatos por encargo. Encontró a un residente de Kiev que, por 5.000 dólares, aceptó matar a un soldado ucraniano. El asesinato del soldado debía ser una “prueba” antes de la tarea principal.
El organizador decidió acudir personalmente al territorio controlado por Ucrania para supervisar los asesinatos del Ministerio de Defensa ucraniano y del jefe de la inteligencia militar ucraniana. Aquí, junto con el cómplice, debían preparar un plan de “eliminación” y presentarlo para su aprobación a sus jefes en Rusia. Para disfrazar sus rutas de viaje, el criminal entró en Ucrania a través del territorio de Bielorrusia. Los agentes del SBU supervisaron su llegada a la región de Volyn a través del puesto de control de Domanove y un posterior encuentro con el cómplice.
Los agentes de contraespionaje del SBU detuvieron a ambos presuntos asesinos en Kovel. En poder de los criminales se encontraron pruebas que demostraban la intención de llevar a cabo los asesinatos y también un pasaporte ruso. Fueron detenidos acusados de traición y asesinato premeditado. Ahora están detenidos y a la espera de juicio.
“El enemigo no puede ganar en el campo de batalla, así que recurre a sus métodos habituales. Intentan organizar atentados contra los militares y los funcionarios ucranianos. Y esto demuestra una vez más al mundo entero que Rusia es un estado terrorista que no cumple ninguna norma civilizada. Pero entendemos lo que se puede esperar de Rusia, y actuamos de forma preventiva y neutralizamos de antemano las operaciones especiales del enemigo”, dijo Vasyl Malyuk, jefe en funciones del SBU.