Debido al trabajo en el frente de los MLRS HIMARS, las fuerzas de ocupación de la Federación Rusa aumentaron las pérdidas de oficiales.
Ya no es seguro para los oficiales rusos estar incluso lejos de las líneas del frente en los territorios ocupados. En las últimas dos semanas, las Fuerzas Armadas de Ucrania han destruido constantemente las bases militares y los depósitos logísticos rusos.
El sitio web de noticias Meduza informa de que los medios de comunicación rusos han confirmado la muerte de múltiples oficiales rusos.
El 8 de julio se produjo un importante golpe para las Fuerzas Armadas rusas en Ucrania. Ese día murieron 6 oficiales de alto rango de las Fuerzas Armadas rusas. Entre ellos había un mayor del 49º Ejército de Armas Combinadas, un teniente superior y un suboficial superior de la 90ª brigada de misiles antiaéreos, así como dos suboficiales del mando de la 66ª brigada.
Según se informa, estos oficiales participaban en algunas operaciones clasificadas. En sus obituarios se dice que murieron “en el cumplimiento del deber de proteger secretos de Estado”.
El 1 de julio también se convirtió en un “día negro” para el ejército ruso. Ese día, el puesto de mando de la 106ª División Aerotransportada fue destruido por las fuerzas ucranianas. Entre los muertos se encontraban los dos subcomandantes Maxim Kudrin y Sergei Kuzminov, así como el jefe de personal Andrey Vasilyev.
El mismo día, el ejército ruso sufrió grandes pérdidas durante el ataque de los militares ucranianos al centro de mando ruso en Nova Kakhovka. Según la parte ucraniana, las pérdidas rusas ascendieron a 150 muertos, incluidos 5 oficiales.
Entre ellos se encontraban el comandante de la 20ª División de Fusiles Motorizados Alexei Gorobets, el coronel Sergei Kens, y el jefe de Estado Mayor del 22º Cuerpo de Ejército, el general de división Nasbulin.