El Vaticano informó el miércoles que había negado una solicitud de Mike Pompeo para una audiencia con el Papa Francisco, y acusó al secretario de Estado de tratar de arrastrar a la Iglesia Católica a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos denunciando sus relaciones con China.
Los extraordinarios comentarios de los dos altos funcionarios diplomáticos del Vaticano vinieron después de que Pompeo acusó a la Iglesia en un artículo y una serie de tuits de este mes de poner en riesgo su “autoridad moral” al renovar un acuerdo con China sobre el nombramiento de obispos.
Pompeo, que estuvo en Roma el miércoles y se reunirá con funcionarios del Vaticano el jueves, repitió sus denuncias sobre el historial de China en materia de libertad religiosa en un evento organizado por la embajada estadounidense ante la Santa Sede.
Los dos diplomáticos más importantes del Vaticano, el secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, y el ministro de Relaciones Exteriores, arzobispo Paul Gallagher, mencionaron que Francis había declinado una petición de Pompeo para una audiencia, ya que el Papa evita reunirse con los políticos antes de las elecciones.
“Sí, preguntó. Pero el Papa ya había dicho claramente que las figuras políticas no son recibidas en períodos electorales. Esa es la razón”, señaló Parolin.
El acuerdo de dos años del Vaticano con Pekín le da al papa algo de poder sobre el nombramiento de los obispos chinos. Debía expirar el mes próximo, pero se espera que sea renovado.
Los funcionarios de la Santa Sede expresan que el acuerdo no es perfecto, pero lo llaman un paso adelante, después de décadas durante las cuales los católicos chinos que reconocen al Papa fueron llevados a la clandestinidad.
Parolin y Gallagher describieron las críticas públicas de Pompeo como una “sorpresa”, que llegó justo antes de su visita prevista.
“Normalmente cuando se preparan estas visitas entre oficiales de alto nivel, se negocia la agenda de lo que se va a hablar en privado, confidencialmente. Es una de las reglas de la diplomacia”, afirmó Gallagher.
“ES UNA LOCURA”
Cuando se le preguntó si creía que las críticas de Pompeo al acuerdo del Vaticano eran para uso político en los Estados Unidos, Parolin manifestó: “Algunos lo han interpretado de esta manera, que los comentarios eran sobre todo para uso político doméstico. No tengo pruebas de esto, pero ciertamente esta es una manera de verlo”. El acuerdo entre el Vaticano y China “es un asunto que no tiene nada que ver con la política estadounidense. Este es un asunto entre las Iglesias y no debe ser usado para este tipo de fines”, añadió Parolin.
Por su parte, cuando se le preguntó en una reunión informativa si estaba “peleando” con el Vaticano por China y qué impacto podría tener eso en los votantes católicos y otros cristianos, Pompeo respondió: “Eso es una locura”.
El presidente Donald Trump ha hecho campaña con su línea dura hacia China antes de las elecciones del 3 de noviembre. Está también fuertemente asociado con los movimientos conservadores protestantes y católicos, muchos de los cuales han sido críticos con el Papa Francisco.
En su discurso del jueves, Pompeo no se refirió directamente al acuerdo del Vaticano con Pekín, pero describió a China como el peor abusador de los derechos religiosos del mundo.
“En ningún lugar se ataca más la libertad religiosa que en China”, señaló Pompeo. El Partido Comunista Chino estaba buscando “apagar la lámpara de la libertad en una escala horrorosa”.