El primer ministro libanés, Saad Hariri, renunció el sábado en un movimiento sorpresivo, menos de un año después de asumir el cargo, citando el control de Irán sobre el país y la intromisión de Hezbolá en los asuntos árabes.
En un discurso televisado el sábado, sugirió que temía por su vida y dijo que la atmósfera en el país es similar a la que existía antes de que su padre, el fallecido primer ministro Rafik Hariri, fuera asesinado en 2005.
Hariri fue nombrado primer ministro a fines de 2016 y encabezó un gabinete de unidad nacional de 30 miembros que incluía al grupo terrorista chiita Hezbolá.
El gobierno ha logrado proteger al país de los efectos de la guerra civil en la vecina Siria.
Se espera que la renuncia de Hariri el sábado aumente las tensiones en el país.
En septiembre, Hariri negó las afirmaciones israelíes de que Irán había establecido fábricas de armas en el Líbano para el grupo terrorista Hezbolá, diciendo que las acusaciones eran parte de una «campaña de desinformación» de Israel.
«Los israelíes saben muy bien que no hay fábricas de misiles en el Líbano. Están acostumbrados a llevar a cabo estas campañas de desinformación «, dijo Hariri al diario francés Le Monde en una entrevista.
Israel ha dicho que Teherán está trabajando para establecer puntos de apoyo en Líbano y Siria con los que atacar a Israel.