El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró el miércoles que su ejército podría seguir combatiendo en Ucrania durante mucho tiempo, pero que no veía sentido a ampliar una convocatoria de 300.000 reservistas a partir de septiembre y octubre tras los graves reveses sufridos por Rusia en el campo de batalla.
Anteriormente, Bielorrusia, aliada de Rusia, dijo que estaba desplazando tropas y material militar para contrarrestar lo que calificó de amenaza terrorista, en medio de indicios de que Moscú podría estar presionando a Minsk para que abra un nuevo frente en Ucrania ante el estancamiento de la guerra.
Un discurso poco habitual de Putin
Putin ha hablado en contadas ocasiones sobre la posible duración de la guerra, ya que desde julio Rusia se ha visto obligada a una serie de importantes retiradas ante las contraofensivas ucranianas en el este y el sur del país, llevadas a cabo con cada vez más armamento occidental.
Rusia lanzó lo que denomina su “operación militar especial” en febrero, alegando que la profundización de los lazos de Ucrania con Occidente suponía una amenaza para su seguridad. Kiev y sus aliados afirman que la invasión equivale a una apropiación imperialista de tierras.
“En cuanto a la duración de la operación militar especial, bueno, por supuesto, puede ser un proceso largo”, dijo Putin durante una reunión televisada de su Consejo de Derechos Humanos, en la que la guerra de Ucrania ocupó un lugar central.
Dijo que no había razón para una segunda movilización militar en este momento, después de la llamada a filas masiva del otoño.
Alrededor de 150.000 de esos 300.000 reservistas estaban desplegados en Ucrania, 77.000 en unidades de combate, dijo. Los 150.000 restantes seguían en centros de entrenamiento.
“En estas condiciones, hablar de medidas adicionales de movilización carece de sentido”, dijo Putin.
Sin remordimientos por la guerra
Los rusos, dijo, “nos defenderemos con todos los medios a nuestro alcance”, afirmando que Rusia era vista en Occidente como “un país de segunda clase que no tiene derecho a existir en absoluto”.
Putin dijo además que el riesgo de una guerra nuclear era cada vez mayor -la última de una serie de advertencias de este tipo aparentemente destinadas a disuadir a los partidarios occidentales de Kiev de una implicación más enérgica-, pero que Rusia no amenazaría temerariamente con utilizar tales armas.
A pesar de los recientes retrocesos en el campo de batalla, incluida la pérdida de Kherson, la única capital de provincia ucraniana capturada por Rusia, Putin ha dicho que no se arrepiente de haber lanzado una guerra que es la más devastadora de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Afirmó que Rusia ya había logrado un “resultado significativo” con la adquisición de “nuevos territorios”, en referencia a la anexión de cuatro regiones parcialmente ocupadas en septiembre, que Kiev y la mayoría de los miembros de las Naciones Unidas condenaron como ilegal.