El presidente Vladimir Putin dijo que Rusia está dispuesta a ayudar a defender a Arabia Saudita vendiéndole el avanzado sistema antiaéreo S-400 después de que las principales instalaciones petroleras del reino fueran atacadas durante el fin de semana, deteniendo la mitad de su producción de crudo.
“Por defensa propia, por la defensa de su país, estamos dispuestos a ayudar a Arabia Saudita, el liderazgo político de Arabia Saudita”, dijo Putin en una conferencia de prensa conjunta con los líderes de Irán y Turquía el lunes en Ankara.
“Basta con tomar una sabia decisión gubernamental, como hicieron antes los líderes de Irán, comprando el S-300, y como hizo el presidente Erdogan, comprando el último sistema de defensa aérea, el S-400 Triumph”, dijo Putin, refiriéndose al presidente turco. “Protegerán cualquier objeto de infraestructura en Arabia Saudita de forma efectiva”.
Riad ha estado en conversaciones con Rusia sobre la compra del S-400, pero seguir adelante con el acuerdo se arriesgaría a sanciones por parte de Estados Unidos. El éxito de Rusia en persuadir a la administración del presidente Recep Tayyip Erdogan para que comprara el S-400 provocó una ruptura entre Washington y Turquía, miembro de la OTAN y aliado de Estados Unidos desde hace mucho tiempo. En respuesta, la administración Trump suspendió la capacidad de Turquía para construir y comprar el caza furtivo F-35 avanzado.
Además de la pérdida inmediata de la producción de petróleo, equivalente al 5% de la oferta mundial, el ataque de los rebeldes hutíes en Yemen, apoyados por Irán, suscitó el espectro de represalias de Estados Unidos contra Irán, a las que las autoridades estadounidenses han culpado de la operación.
Putin dijo que el conflicto de Yemen entre los Hutíes y el gobierno reconocido por las Naciones Unidas, respaldado por una coalición liderada por Arabia Saudita, necesita ser resuelto, señalando la existencia de una “catástrofe humanitaria” en el país de Oriente Medio después de más de cuatro años de lucha.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, consideró que no existían pruebas de que este “ataque sin precedentes contra el abastecimiento mundial” de petróleo procediera de Yemen, y Washington acusó a Irán de estar detrás del mismo.
Por su parte, Rusia instó este lunes a la comunidad internacional a “no sacar conclusiones apresuradas” tras el ataque.