Hoy se esperaba al presidente ruso Vladimir Putin en el mayor fabricante ruso de equipos militares pesados, Uralvagonzavod. En el marco de la visita de Putin también estaba previsto celebrar una reunión gubernamental. Pero la visita a la región de Sverdlovsk fue cancelada en el último momento, informan los medios rusos.
Una comitiva presidencial de cinco berlinas Aurus, dos de las cuales iba a utilizar Putin, llegó antes a Ekaterimburgo, donde estaba previsto que aterrizara el avión presidencial. La comitiva ensayó la conducción por la ciudad, lo que causó problemas de tráfico en las carreteras. Ahora, según fuentes del sitio web de noticias E1.ru, los coches se encuentran en el aeropuerto de Koltsovo y serán enviados de vuelta a Moscú.
Las autoridades de Nizhni Taguil llevaban muchos días preparándose para este encuentro. Se limpiaron las calles de la ciudad. Se canceló la inauguración del árbol de Navidad, se prohibieron los vuelos sobre la ciudad y se trajo un batallón especial de la policía de tráfico para patrullar las carreteras de la ciudad.
En las redes sociales, los habitantes de Nizhni Taguil calificaron la fallida visita del ruso de “excelente regalo de Año Nuevo”, señalando que “la ciudad nunca ha vivido tan bien como en estos dos días a la espera de la visita de Putin”. Se quitó la nieve, se encendieron las luces de la ciudad”.
En la planta de Uralvagonzavod no se permitió a los empleados moverse entre los talleres durante la visita de Putin. Debía visitar el taller secreto 130, donde se ensamblan los tanques. “Los chekistas (oficiales del FSB) están dirigiendo a la multitud, organizando el evento. Se está preparando un helipuerto. Se quita la nieve, se lava y limpia todo en la planta. Dicen que a los empleados del taller de tanques se les dirá que se tomen un permiso”, informa el medio All News, citando a una fuente de la planta.
Anteriormente se supo que Putin canceló varios actos tradicionales de Año Nuevo. Entre ellos, la llamada anual de Putin “Línea Directa” con los rusos, una gran conferencia de prensa de fin de año, el discurso anual de Putin ante la Asamblea Federal, una reunión anual con representantes de las grandes empresas.
Sin embargo, el presidente ruso encontró una oportunidad para reunirse con el dictador bielorruso, Alexander Lukashenko, en Minsk, participar en la junta ampliada del Ministerio de Defensa ruso, hablar con periodistas y amenazar al mundo con un nuevo juguete nuclear.