Un nuevo informe publicado por investigadores de la Universidad de Yale en el marco de un esfuerzo conjunto con el Departamento de Estado de Estados Unidos revela el alcance del programa de deportación de Rusia, que ha visto cómo miles de niños son sacados ilegalmente de Ucrania y llevados a Rusia.
El informe, titulado “Russia’s Systematic Program for the Re-Education and Adoption of Ukrainian Children” (Programa ruso de reeducación y adopción de niños ucranianos), describe cómo Rusia utilizó una serie de centros de retención establecidos desde Siberia hasta la costa del Mar Negro para recoger a un gran número de niños ucranianos y encontrarles nuevos hogares en Rusia.
El proyecto no es en absoluto un secreto y los propagandistas rusos han defendido repetidamente sus esfuerzos en la televisión estatal rusa.
La magnitud de los secuestros descrita en el informe revela hasta dónde está dispuesta a llegar Rusia, no sólo para ganar la guerra en Ucrania, sino para crear una nueva generación de jóvenes rusos afines a la política del Kremlin.
¿Cuántos niños fueron secuestrados?
Según los investigadores de Yale, al menos 6.000 niños ucranianos han sido detenidos en estos centros de retención por agentes que trabajan para el gobierno ruso. Sin embargo, los mismos investigadores advierten de que puede haber miles de niños más en paradero desconocido.
Los investigadores afirman que existen al menos 43 campos, once de ellos situados a más de 800 kilómetros de la frontera entre Rusia y Ucrania.
Las edades de los niños trasladados de Ucrania a Rusia oscilan entre un par de años y la adolescencia, lo que significa que muchos de los niños arrebatados a sus familias son perfectamente conscientes de lo que les está ocurriendo.
Los niños son enviados a campamentos de verano, donde se les enseña a convertirse en rusos, o son adoptados por familias rusas.
“En algunos casos hay adopción, en otros programas de campamentos de verano en los que se preveía que los niños volvieran a casa y nunca lo hicieron”, explicó Nathaniel Raymond, director ejecutivo del Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale.
La envergadura del proyecto significa que Rusia es literalmente incapaz de ocultar lo que está ocurriendo, por lo que el Kremlin ha defendido a bombo y platillo el programa como un esfuerzo “humanitario”.
El informe de esta semana ofrece una visión de la escala del proyecto, pero los ucranianos creen que se han llevado a muchos más niños.
En diciembre, Nikolay Kuleba, el comisionado para los derechos de la infancia que trabaja en la oficina del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, afirmó que Rusia había deportado a más de 13.000 niños a lo largo de la guerra.
Kuleba afirmó que los rusos están “secuestrando niños ucranianos” y que las familias dispuestas a acogerlos reciben 300 dólares al año por niño, y 2.000 dólares al año en el caso de los niños discapacitados.