El medio de comunicación independiente ruso The Insider afirmó esta semana que los militares rusos esperan una “escasez aguda de armas” para finales de año. La noticia se produce en un momento en que Ucrania está llevando a cabo una nueva ofensiva en Kherson con el objetivo a largo plazo de expulsar a los soldados rusos de la región por completo y recuperar todo el territorio ocupado en el sureste.
La afirmación no se basa en información interna del Kremlin o de funcionarios ucranianos. En cambio, la predicción se basa en un análisis forense de las actividades militares anteriores de Rusia, los suministros existentes de armas y municiones, y las pérdidas experimentadas en el campo de batalla durante los últimos seis meses.
¿Por qué una escasez de armas para Rusia? Análisis:
Según el periódico, Rusia ya se está quedando sin misiles guiados, y el suministro militar de proyectiles de artillería y vehículos blindados disponibles se agotará por completo a finales de año debido a la guerra de Ucrania. El outlet también afirma que el estado de la aviación militar rusa “no permite una campaña aérea a gran escala”.
El outlet estimó el volumen de la producción real de munición de artillería mirando las cifras de finales de 2017. A finales de 2017 se produjeron 1,7 millones de municiones y misiles después de que en 2014 se pusiera en marcha un programa a gran escala para reabastecer al ejército ruso, lo que supone aproximadamente 570.000 al año.
“Sobre la base de estas cifras, es posible estimar el volumen de la producción real de munición de artillería”, señala The Insider, añadiendo que es posible calcular una relación entre la reparación y la producción de nuevas municiones sobre la base de los datos disponibles.
Por cada 570.000 proyectiles reparados, señala el medio, se producen hasta 1,14 millones de proyectiles nuevos.
“Por lo tanto, la tasa total anual de reposición de los arsenales de artillería en la década de 2010 no superó los 1,6-1,7 millones de proyectiles de todo tipo. Y aquí vale la pena mencionar un detalle interesante: el suministro de cohetes de todo tipo, por ejemplo, en 2017 ascendió a solo 10.700 piezas”, afirma el informe.
Si los cálculos se cumplen, sugiere que seis meses de agresión rusa en Ucrania han costado hasta ahora al menos 7 millones de proyectiles. Esa cifra tampoco tiene en cuenta el número de proyectiles perdidos por los ataques de los HIMARS ucranianos a los depósitos de munición rusos.
The Insider también ofreció cálculos que revelan la amenaza que supone el desgaste de los cañones, que podría dificultar la capacidad de Rusia para mantener una presencia a largo plazo en Ucrania. Incluso con un mantenimiento adecuado, el uso a largo plazo de sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple reduce gradualmente su eficacia y podría dejar al ejército ruso sin la potencia de fuego que necesita a finales de año.
A menos que los aliados de Rusia den un paso adelante y proporcionen asistencia militar directa o suministren armas y municiones a Rusia de la misma manera que la OTAN está respaldando a Ucrania, Putin podría verse obligado a retirar sus tropas en 2023.