En vísperas de la Copa Mundial de la FIFA que se celebrará en noviembre, Qatar ha llamado a miles de civiles al servicio militar obligatorio para dirigir las operaciones de seguridad del enorme torneo, según informó el martes Reuters.
El informe señalaba que los reclutas no tenían elección en el asunto, y una fuente dijo: “La mayoría de la gente está allí porque tiene que estar, no quieren meterse en problemas”.
Entre los reclutas se encuentran diplomáticos llamados a regresar del servicio en el extranjero, según el informe. Están siendo entrenados para trabajar en los controles de seguridad y para escanear en busca de contrabando, mientras tratan a los visitantes con “un lenguaje corporal positivo, concentración y una sonrisa”.
El pequeño estado del Golfo se ha preparado para una afluencia masiva de turistas, con un total de 2,45 millones de entradas vendidas para la competición de este año.
Qatar se ha enfrentado a un continuo escrutinio por cuestiones de derechos humanos en los prolegómenos del torneo que comienza el 20 de noviembre. Ha sido muy criticado por su historial de derechos laborales en los enormes proyectos de infraestructuras que ha puesto en marcha en la última década, y también por los derechos del colectivo LGBTQ.
Pero afirma que muchas de las críticas son injustas y que las principales reformas han cambiado las condiciones de cientos de miles de trabajadores inmigrantes.
Los grupos de derechos humanos han instado a los patrocinadores de la Copa del Mundo a que apoyen las peticiones de compensación para los trabajadores migrantes y sus familias por los supuestos abusos.
Qatar se ha enfrentado a acusaciones de no informar sobre las muertes y lesiones de los trabajadores migrantes y de no hacer lo suficiente para aliviar las duras condiciones. También se han planteado con frecuencia los salarios no pagados.
El gobierno qatarí ha destacado las importantes reformas que ha introducido, como el salario mínimo, el desmantelamiento de un plan que otorgaba a los empleadores estrictos controles sobre los trabajadores y la imposición de normas más estrictas sobre el trabajo en el calor del verano.