El presidente Joe Biden y el rey Abdullah mantienen una estrecha relación desde hace décadas, alimentada a lo largo de muchos años mientras Biden era tanto senador como vicepresidente, afirma Lucy Kurtzer-Ellenbogen, directora del programa sobre el conflicto palestino-israelí del Instituto de la Paz de Estados Unidos.
“Pero más allá de eso, tanto el rey Abdullah como el gobierno de Biden tienen un interés mutuo en apuntalar la estabilidad del reino en un momento en que Jordania se enfrenta a algunos fuertes desafíos internos y regionales. La importancia de ser uno de los primeros líderes en ser invitado a la Casa Blanca de Biden es señalar que los aliados de larga data de la administración son importantes. Esto, en sí mismo, puede contribuir en gran medida a reforzar la posición interna y regional del rey, y a fortalecer una relación bilateral clave”.
La reunión del lunes es la primera de una serie de encuentros con líderes de Oriente Medio. El primer ministro iraquí, Mustafa al-Kadhimi, se reunirá con Biden en la Casa Blanca el 26 de julio, y se espera que el primer ministro Naftali Bennett lo haga a finales de este verano.
“Aunque el gobierno de Biden sigue centrado en que Oriente Medio no consuma su agenda de política exterior, estas próximas visitas pueden poner de manifiesto el reconocimiento de que, para preservar y perseguir la estabilidad regional que interesa a EE.UU. -y evitar la necesidad de una constante lucha contra los conflictos-, cuidar las relaciones clave puede contribuir en gran medida a evitar los puntos conflictivos tradicionales”, afirma Kurtzer-Ellenbogen.
“No es probable que se produzca un fuerte impulso en la mesa de negociaciones sobre el conflicto palestino-israelí, ni siquiera es el interés de las partes y de los principales interesados, como Jordania”, continuó. “Sin embargo, Estados Unidos y Jordania sí parecen compartir la opinión de que volver a centrar la solución de dos Estados como horizonte político del conflicto es un interés de seguridad nacional. Más allá de eso, el rey Abdullah tendrá sin duda en mente pasos más allá de la rearticulación de esa fórmula que le gustaría que EE.UU. tomara o impulsara, para abordar los factores que impulsan el conflicto, en particular en torno a Jerusalén. No está claro cuánto terreno se puede cubrir en esta primera reunión, pero sin duda la cuestión ocupará un lugar destacado en la agenda de los dos líderes”.
“El nuevo liderazgo en Israel parece haber abierto también cierto espacio para fortalecer los lazos bilaterales jordano-israelíes tras años de tensión, con acuerdos de agua y comercio recientemente concluidos entre ambos países”, señaló Kurtzer-Ellenbogen. “La administración Biden ya ha elogiado estos acuerdos y sin duda fomentará una mayor cooperación mutuamente beneficiosa entre estos dos aliados regionales clave de Estados Unidos”.
Continuó diciendo que “la oportunidad y la óptica de la reunión en la Casa Blanca en sí misma contribuye en gran medida a lograr un objetivo clave del Rey Abdullah en este viaje: una clara señal de que la tradicionalmente fuerte relación entre EE.UU. y Jordania está en un terreno sólido y que la administración estadounidense considera al Reino Hachemita un aliado clave en la búsqueda de la estabilidad de Oriente Medio”.