Las armas y la artillería rusas están “funcionando bien” en Ucrania, según declaró la semana pasada el viceprimer ministro ruso Yuri Borisov al medio de comunicación ruso RBC Group.
Borisov afirma que las “armas de alta precisión de Rusia están funcionando”, citando los informes del Ministerio de Defensa ruso sobre la “destrucción de objetos complejos” en territorio ucraniano. El ministerio afirma, en relación con los modelos de armas, que no hay quejas graves.
Borisov también declaró que “las armas de precisión están llegando, ya que los ejércitos están interesados en salvar la vida de los soldados”. Cita la “necesidad” de Rusia de aumentar su potencia de fuego con la intención de “inutilizar la infraestructura y las principales fuerzas del enemigo antes de los contactos militares directos”.
Informes contradictorios
Sin embargo, la información contradice lo que funcionarios estadounidenses declararon a Reuters el pasado mes de marzo: que los misiles rusos han tenido una tasa de fallos de hasta el 60%. Esta estadística, junto con otros muchos fracasos de Rusia, como la imposibilidad de neutralizar la fuerza aérea ucraniana, son ejemplos de la falta de progreso en la invasión rusa.
El mes pasado, un representante de la Dirección de Inteligencia de Ucrania declaró que las tropas rusas también agotaron el 60% de sus reservas de armas de alta precisión. Un representante del Ministerio de Defensa ucraniano afirmó que Rusia no podrá reponer sus reservas con la misma eficacia que la Unión Soviética en el pasado.
Un mes antes de las declaraciones del representante del Ministerio de Defensa ucraniano, un informe diferente de The Telegraph decía que Rusia había estado utilizando contra Ucrania armas fabricadas y suministradas por Francia y Alemania. Los suministros de Francia estaban etiquetados en la categoría de “bombas, cohetes, torpedos, misiles y cargas explosivas”.