El rey Abdullah de Jordania comienza sus declaraciones posteriores a la reunión de la Casa Blanca afirmando: “No podemos permitirnos un ataque israelí a Rafah. Seguramente producirá otra catástrofe humanitaria”.
Israel afirma que planea operar en la ciudad del sur de Gaza para desmantelar los batallones que le quedan a Hamás. Sin embargo, el primer ministro Benjamin Netanyahu indicó el viernes que primero se permitirá evacuar a los civiles.
Aún no está claro adónde podrán evacuar, ya que Israel se opone a que los palestinos regresen al norte, que ha quedado destruido en gran parte, y Egipto se niega a aceptar refugiados por temor a que Israel no les permita volver a Gaza tras la guerra.
“La situación es ya insoportable para más de un millón de personas que han sido empujadas a Rafah desde que comenzó la guerra. No podemos quedarnos de brazos cruzados. Necesitamos un alto el fuego duradero ya. Esta guerra debe terminar”, afirma Abdullah, que señala que casi “100.000 personas han muerto, han resultado heridas o están desaparecidas —la mayoría son mujeres y niños— desde que comenzó la guerra”.
“La amenaza potencial de desplazamiento de palestinos más allá de las fronteras de Gaza y Cisjordania es algo que vemos con extrema preocupación y no puede permitirse”, añade.