Los satélites comerciales estadounidenses, que se utilizan para apoyar a las Fuerzas Armadas de Ucrania, podrían convertirse en “objetivos legítimos” de un ataque ruso, dijo Konstantin Vorontsov, subdirector del Departamento de No Proliferación y Control de Armas del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. Entre estos satélites se encuentran los sistemas de Elon Musk, así como los satélites de las empresas estadounidenses Planet Labs y Maxar.
“Se trata de componentes espaciales de infraestructura civil, incluso comercial, que son utilizados por Estados Unidos y sus aliados, en conflictos armados. Las infraestructuras casi civiles pueden ser un objetivo legítimo para un ataque de represalia”, dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
Según él, “estos países obviamente no son plenamente conscientes de que tales actividades constituyen esencialmente una participación indirecta en los conflictos armados”.
Los datos de los satélites comerciales estadounidenses ayudan a vigilar los movimientos de las tropas rusas. Los periodistas utilizan las imágenes de los satélites para investigar los crímenes de guerra cometidos por los soldados rusos. Las imágenes del satélite Maxar aparecen regularmente en los medios de comunicación.
Además, desde el comienzo de la guerra en Ucrania, los terminales de Internet por satélite Starlink de Elon Musk han sido utilizados por Ucrania. Se han convertido en una fuente vital de comunicación para las tropas ucranianas, permitiéndoles luchar y permanecer conectados incluso cuando las comunicaciones celulares y las redes de Internet han sido destruidas. Se han suministrado a Ucrania unos 20.000 terminales Starlink. Según Elon Musk, todo esto le costó a su empresa SpaceX 80 millones de dólares.
En octubre, SpaceX comunicó al Pentágono que no podía seguir suministrando y manteniendo gratuitamente los terminales Starlink en Ucrania y pidió al Departamento de Defensa estadounidense que se hiciera cargo de estos costes. Sin embargo, tras una discusión pública, Musk acabó diciendo que su empresa seguiría proporcionando comunicaciones a las Fuerzas Armadas ucranianas.
En noviembre de 2021, el Ministerio de Defensa ruso informó de las pruebas de armas antisatélite. Como resultado, la nave espacial rusa inactiva Tselina-D, que había estado en órbita desde la década de 1980, fue destruida. Estados Unidos acusó entonces a Rusia de poner en peligro la Estación Espacial Internacional. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo que debido a las pruebas se formaron 1,5 mil fragmentos de basura espacial.