Rusia lanza una nueva serie de ejercicios militares en zonas fronterizas con Ucrania tras la primera ronda de consultas sobre seguridad con Estados Unidos, que finalizó el lunes y no dio resultados concretos.
Unos 3.000 militares de las regiones de Voronezh, Belgorod, Bryansk y Smolensk participarán en los ejercicios de tiro que comenzaron el martes, informa Interfax, citando el servicio de prensa del Distrito Militar Occidental.
En los ejercicios participarán unas 300 unidades de equipos, entre ellos tanques T-72B3 y vehículos de combate de infantería BMP-2.
El objetivo de los ejercicios será la “coordinación de combate de varias formaciones militares” y el desarrollo de nuevos métodos y tácticas de fuego y misiones de artillería. Está previsto que se haga hincapié en el uso de armas ligeras y en el disparo desde vehículos blindados, así como en la organización de despliegues rápidos y el establecimiento de fortificaciones para contrarrestar los grupos de sabotaje y reconocimiento del hipotético enemigo, informó el Ministerio de Defensa ruso.
Las maniobras se llevarán a cabo en campos de entrenamiento de armas combinadas y terminarán con una “batalla de entrenamiento” con una imitación de ataques a la dotación enemiga.
Al mismo tiempo, en Crimea, unidades del Cuerpo de Marines y tropas de ingenieros de la Flota del Mar Negro, así como artilleros del Cuerpo de Ejército del Distrito Militar Sur, comenzaron a practicar ataques con misiles. “Más de 500 militares participan en los ejercicios de campo. Participan unas 40 unidades de armas, equipos militares y especiales”, dijo el servicio de prensa de la Flota del Mar Negro. Los ejercicios comenzaron el día después de las tan esperadas conversaciones de Ginebra sobre las garantías de seguridad entre Rusia y Estados Unidos.
La reunión de ocho horas, en la que Rusia estuvo representada por el viceministro de Asuntos Exteriores, Sergei Ryabkov, y Estados Unidos por la vicesecretaria de Estado, Wendy Sherman, terminó sin ningún avance en las tres exigencias clave planteadas por Moscú en diciembre.
Se trata de garantías de no expansión de la OTAN (incluyendo la adhesión de Georgia y Ucrania), la retirada de la infraestructura militar de la OTAN a las fronteras de 1997, así como el no despliegue de armas ofensivas en el territorio de la Federación Rusa.
Las conversaciones fueron “empresariales” y “profesionales”, y la parte estadounidense “abordó las propuestas rusas con mucha seriedad”, “pero, sin embargo, las cuestiones principales quedan en el aire, y no vemos que la parte estadounidense entienda la urgencia de la solución de una manera que nos convenga”, declaró Ryabkov tras las conversaciones.
Sherman, por su parte, confirmó que la OTAN no tiene previsto abandonar el principio de “puertas abiertas”, y que Estados Unidos seguirá cooperando con los países que quieran ingresar en la OTAN.
Según Sherman, durante las negociaciones la delegación rusa no dio una respuesta directa a los llamamientos para desescalar la situación en torno a Ucrania, cerca de cuyas fronteras, según la inteligencia estadounidense, se ha desplegado un grupo de 100.000 soldados.
No hay motivos para el optimismo tras los resultados de la primera ronda de consultas, dijo el martes el portavoz presidencial ruso Dmitry Peskov.
Según él, por el momento ni siquiera hay un acuerdo concreto sobre la continuación de los contactos. “Todo esto se aclarará tras la finalización de las dos próximas rondas”, dijo Peskov, refiriéndose al Consejo Rusia-OTAN previsto para el 12 de enero y a la reunión de la OSCE del 13 de enero.