Rusia ha evacuado a civiles de áreas cercanas a la central nuclear Zaporizhzhia en Ucrania, generando preocupación. El jefe nuclear de la ONU advierte sobre condiciones peligrosas en torno a la planta nuclear más grande de Europa.
IAEA expresa preocupación por la seguridad
La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) ha manifestado en varias ocasiones su preocupación por la seguridad de la planta de seis reactores ubicada en el sur de Ucrania, que ha estado en la línea de fuego desde que las fuerzas rusas la tomaron el año pasado.
Rusia responsabiliza a Ucrania del aumento de bombardeos en la zona y, la semana pasada, ordenó a familias con niños y ancianos abandonar temporalmente la localidad cercana de Enerhodar. El jefe de la IAEA, Rafael Grossi, declaró en un comunicado el sábado que la situación cerca de la planta nuclear de Zaporizhzhia se vuelve cada vez más impredecible y potencialmente peligrosa.
Los empleados de la central nuclear permanecen en el lugar, mientras que los expertos de la IAEA monitorean de cerca el impacto de la evacuación en la seguridad y protección nuclear.
Orden de evacuación en Zaporizhzhia
La evacuación en Enerhodar es parte de una orden de evacuación más amplia que se extiende a otras 18 localidades en la región de Zaporizhzhia. Ivan Fedorov, alcalde de Melitopol, acusó a las fuerzas rusas de llevar a cabo la evacuación demasiado rápido, con autobuses saliendo cada 20-30 minutos desde el viernes.
Fedorov publicó en Telegram fotos del puesto de control entre Melitopol, ocupada por Rusia, y Crimea, anexada por Rusia, y denunció una “locura de pánico y largas colas”. Según él, la evacuación parcial podría estar relacionada con posibles provocaciones en las que se centran los civiles.
Acusaciones entre Rusia y Ucrania
Moscú ha culpado a Kiev y a sus aliados occidentales de una serie de ataques y operaciones de sabotaje, incluso en el Kremlin. Ucrania ha estado preparando una ofensiva contra las fuerzas rusas durante meses y algunos analistas interpretan estos incidentes recientes como una señal de que la ofensiva es inminente.
El aumento de las tensiones en la región y la preocupación por la seguridad de la planta nuclear ponen de manifiesto la necesidad de una solución diplomática para evitar un posible desastre nuclear y un mayor derramamiento de sangre en la zona de conflicto.