Rusia tiene el control total de la costa siria, y los oficiales rusos, junto con Hezbolá, monopolizan la ruta del contrabando de drogas en Medio Oriente, escribe el medio libanés Al Modon.
Las drogas vienen desde la provincia libanesa de Beqaaa hacia el puerto sirio de Latakia, los guardaespaldas de Assad reciben “algo” de los militantes libaneses, llevan las bolsas al puerto y las entregan a los rusos, que las cargan en barcos y las envían, presumiblemente, a Rusia o China.
Los “guardaespaldas” del presidente sirio en este caso son las Fuerzas de Operaciones Especiales rusas que están estacionadas en Siria junto con las divisiones del ejército regular.
El autor del artículo cita un incidente que tuvo lugar en julio de este año. En ese momento, cierto coronel de la policía de Latakia detuvo la carga en el puerto sirio. Confiscó un gran número de tipos de narcóticos, los fotografió y publicó las fotos en los medios de comunicación locales. Sin embargo, tras la intervención de las fuerzas especiales rusas, la carga fue entregada a su destino, las publicaciones fueron retiradas y el propio coronel fue enviado apresuradamente a la ciudad de Homs.
“No hay datos estadísticos sobre los beneficios del tráfico ilegal de drogas de Siria a Rusia. Su destino final también es desconocido, ya que la mafia rusa a menudo inunda los mercados europeos con drogas de diferentes fuentes, Pakistán, Afganistán, India, así como el Líbano a través de Siria. En la actualidad, Hezbolá depende del cultivo de cannabis y de la producción de diversos tipos de drogas que se envían a los mercados regionales e internacionales. De esta manera, el grupo asegura su supervivencia después de la intensificación de las sanciones de Estados Unidos contra Teherán”, observa el artículo.