El domingo, Rusia propuso la donación forzada de sangre por parte de los soldados ucranianos capturados, según informó la defensora del pueblo ucraniano para los derechos humanos, Lyudmila Denisova, en Facebook.
En su post, Desinova explicó que “este hecho atestigua la analogía de las atrocidades de los nazis en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial”.
El domingo no se establecieron rutas humanitarias para salir de la ciudad portuaria de Mariupol, en el sureste de Ucrania, según declaró la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, quien culpó a las fuerzas rusas de no contener el fuego.
Vereshchuk dijo que la parte ucraniana volvería a intentar el lunes establecer un paso seguro fuera de Mariupol. Pidió que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que tiene previsto viajar a Moscú antes de visitar Kiev la próxima semana, exija un alto el fuego y abra corredores humanitarios desde Mariupol.
“De esto debería hablar Guterres en Moscú, si es que se dispone a hablar de paz”, dijo Vereshchuk.
Las fuerzas rusas están intentando asaltar la planta de Azovstal en Mariupol por tierra, con el apoyo de bombardeos aéreos y de artillería, dijo el domingo el asesor presidencial ucraniano Oleksiy Arestovych.
Arestovych escribió en Facebook que “las tropas rusas están tratando de acabar con los defensores de Azovstal y con más de 1.000 civiles que se esconden en la planta”.
La fábrica de acero Azovstal es el principal reducto ucraniano que queda en el puerto de Mariupol, en el sureste del país. Las tropas rusas rodearon la planta a principios de marzo y han ido tomando el control de la mayor parte de la ciudad.