El asesinato de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, confirmado por el grupo terrorista libanés tras un ataque israelí en el sur de Beirut, generó fuertes condenas de opositores de Israel y aliados de Hezbolá e Irán el sábado. Entre los críticos de las acciones de Israel se encuentran Hamás, Turquía, Rusia, los hutíes de Yemen e Irak.
En un comunicado, Hamás expresó: “Condenamos enérgicamente esta brutal agresión sionista y el ataque a edificios residenciales… lo consideramos un acto terrorista cobarde”. Además, extendieron sus “condolencias y solidaridad con los hermanos de Hezbolá y la Resistencia Islámica en el Líbano por el martirio de… Nasrallah”.
Los hutíes de Yemen, respaldados por Irán, afirmaron que el asesinato de Nasrallah reforzará su determinación para enfrentar al “enemigo israelí”. En un comunicado emitido por su consejo de liderazgo, señalaron: “El martirio de… Hassan Nasrallah aumentará la llama del sacrificio, el calor del entusiasmo, la fuerza de la determinación”, prometiendo trabajar por la “victoria y la desaparición del enemigo israelí”.
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Tanto Hezbolá como los hutíes han intensificado sus ataques contra Israel durante el último año, en solidaridad con Hamás en medio de la actual guerra en Gaza. Hezbolá ha lanzado ataques diarios con cohetes y drones contra Israel desde el 8 de octubre. Por su parte, los hutíes han atacado barcos vinculados a Israel en el mar Rojo y han lanzado misiles hacia Israel, la mayoría dirigidos a Eilat, aunque algunos apuntaron a Tel Aviv, incluyendo misiles disparados el viernes y sábado pasados.
Irán, que apoya a Hamás, Hezbolá y los hutíes, informó que un alto funcionario de la Guardia Revolucionaria del Régimen Islámico murió junto a Nasrallah. El líder supremo iraní, Ali Jamenei, condenó lo que llamó una “masacre” en Líbano y pidió a los musulmanes “apoyar al pueblo del Líbano y al orgulloso Hezbolá con todos los medios disponibles para enfrentar al… malvado régimen [de Israel]”. Jamenei afirmó que “El Líbano hará que el agresor y el malvado enemigo se arrepientan”.
Rusia, por su parte, también condenó la muerte de Nasrallah. El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso emitió un comunicado en el que “condena decisivamente el último asesinato político llevado a cabo por Israel” y “una vez más insta insistentemente a Israel a que cese inmediatamente la acción militar”.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó a Israel de cometer “genocidio” en el Líbano, repitiendo declaraciones similares realizadas desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre. “El Líbano y el pueblo libanés son el último objetivo de una política de genocidio, ocupación e invasión llevada a cabo por Israel desde el 7 de octubre”, escribió Erdogan en X, sin referirse directamente a la muerte de Nasrallah. “Ninguna persona con conciencia puede aceptar, excusar o justificar semejante masacre”, añadió, llamando a organizaciones como el Consejo de Seguridad de la ONU a detener los “insensatos” intentos de Israel de expandir la guerra regional.
El primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, calificó la muerte de Nasrallah como un “crimen”. En su declaración, describió el ataque en el bastión de Hezbolá en el sur de Beirut como un “ataque vergonzoso” y “un crimen que muestra que la entidad sionista ha cruzado todas las líneas rojas”, considerando a Nasrallah un “mártir en el camino de los justos”.
Desde que Israel intensificó los bombardeos contra Hezbolá el lunes pasado, más de 630 personas han muerto en Líbano y más de 2.000 han resultado heridas, según el Ministerio de Salud libanés. Funcionarios sanitarios detallan que al menos una cuarta parte de las víctimas mortales son mujeres y niños, mientras que Israel sostiene que muchos de los muertos pertenecen a Hezbolá.