La alcaldía de una ciudad clave del este de Ucrania, controlada por los separatistas pro-Kremlin, fue alcanzada por cohetes el domingo por la mañana, informaron las agencias estatales rusas. No hubo informes inmediatos de víctimas.
Según RIA Novosti, el edificio municipal de Donetsk resultó gravemente dañado por el ataque, que las autoridades separatistas locales atribuyeron a Ucrania.
Las fotos que circulan en las redes sociales muestran columnas de humo que se arremolinan alrededor del edificio, filas de ventanas reventadas y un techo parcialmente derrumbado. RIA Novosti y los medios de comunicación locales también informaron de que tres coches aparcados en las inmediaciones se habían quemado como consecuencia del ataque.
Kiev no reivindicó inmediatamente la autoría del ataque ni hizo comentarios al respecto.
Las autoridades separatistas respaldadas por el Kremlin han acusado anteriormente a Ucrania de numerosos ataques contra infraestructuras y objetivos residenciales en los territorios ocupados, empleando a menudo los cohetes HIMARS de largo alcance suministrados por Estados Unidos, sin proporcionar información que lo corrobore.
Los ataques se produjeron un día después de que dos hombres de una antigua república soviética dispararan contra soldados voluntarios durante unas prácticas de tiro en un campo de tiro militar ruso cerca de Ucrania, matando a 11 personas e hiriendo a 15 antes de ser asesinados ellos mismos. El Ministerio de Defensa ruso, que informó de los asesinatos, calificó el incidente de ataque terrorista.
Los incidentes se producen en medio de una precipitada movilización ordenada por el presidente ruso Vladimir Putin para reforzar las fuerzas rusas en Ucrania en medio de una serie de reveses en el campo de batalla tras su invasión de febrero. La movilización desencadenó protestas y provocó la huida de cientos de miles de personas de Rusia.
También el sábado, un grupo de expertos con sede en Washington acusó a Moscú de llevar a cabo “deportaciones masivas y forzadas de ucranianos” que, según dijo, podrían equivaler a una limpieza étnica.
En su actualización periódica en línea, el Instituto para el Estudio de la Guerra se refirió a las declaraciones realizadas esta semana por las autoridades rusas, que afirmaron que “varios miles” de niños de una región del sur ocupada por Moscú habían sido colocados en hogares de descanso y campamentos infantiles en Rusia en medio de una contraofensiva ucraniana en curso. Las declaraciones originales del viceprimer ministro ruso, Marat Khusnullin, fueron recogidas por la agencia estatal RIA Novosti el viernes.
El Instituto también dijo que las autoridades rusas “pueden estar además comprometidas en una campaña más amplia de limpieza étnica al despoblar el territorio ucraniano mediante deportaciones y repoblar las ciudades ucranianas con ciudadanos rusos importados”, en violación del derecho internacional humanitario.
Las autoridades rusas han admitido abiertamente en el pasado haber entregado en adopción a familias rusas a niños procedentes de las zonas ucranianas controladas por los rusos, que según ellas eran huérfanos, lo que supone una posible violación de un tratado internacional clave para la prevención del genocidio.
La Convención sobre el Genocidio de 1948, ratificada por más de 140 Estados, entre ellos Ucrania y Rusia, incluye en su definición de genocidio el “traslado forzoso de niños del grupo [objetivo] a otro grupo”.
Por otra parte, el ejército ucraniano acusó el domingo por la mañana a los combatientes pro-Kremlin de desalojar a los civiles en los territorios ocupados para alojar a los oficiales en sus casas, acto que también calificó de violación del derecho internacional humanitario.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania dijo en su actualización habitual de Facebook que los desalojos se estaban produciendo en la ciudad de Rubizhne, en la región oriental de Luhansk, donde Kiev ha estado presionando una contraofensiva.
No aportó pruebas que corroboraran su afirmación.