Después de que Rusia invadiera Ucrania a finales de febrero, las mujeres han sido expulsadas de sus hogares y obligadas a huir de su país. Varias familias se han disuelto para no volver a reunirse, y se han destruido vidas y hogares para siempre. Los medios de comunicación han informado de que, en todo este caos, las autoridades rusas han violado a las mujeres y han traficado con ellas.
Apenas una semana después de que comenzara la guerra entre Rusia y Ucrania, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, afirmó que se habían producido numerosas violaciones de mujeres ucranianas por parte de soldados rusos. Aunque finalmente se denunciaron muy pocas, dos meses después del inicio de la guerra se habían registrado 300 casos de violación. A pesar de esto, podemos suponer que muchas violaciones no se han hecho públicas y que las cifras han aumentado desde este informe en abril.
Los soldados rusos se han aprovechado de su posición deshumanizando a mujeres, hombres, niñas, niños y ancianos, mediante actos de agresión sexual. “El uso de la agresión sexual como arma de guerra es tristemente demasiado común”, dijo un activo usuario de Twitter después de que salieran a la luz los informes de un niño de 11 años violado por un soldado ruso delante de su madre.
Se ha publicado un nuevo sitio web ucraniano que permite a las víctimas denunciar las violaciones de derechos humanos cometidas por las autoridades rusas. La información proporcionada por los civiles permitirá a Ucrania perseguir a los autores de estos crueles crímenes de guerra.
El grupo de activistas Divchata creó en abril una línea telefónica para asesorar y apoyar a las víctimas de agresiones sexuales en Ucrania. Aunque se trata de una buena idea, en teoría, muchas víctimas sienten que se lo han buscado ellas mismas, por lo que muchos crímenes no se han denunciado.
La abogada de derechos humanos, Yuliia Anasova, ha admitido que muchas víctimas se avergüenzan de recibir tratamiento médico y son menos propensas a denunciar estos delitos.
La psicóloga militar Natalia Zaratska ha intentado tratar a las víctimas de este tipo de traumas y cree que hay un trabajo “urgente” por hacer. Como profesional licenciada, Zaratska entiende que puede ser difícil que acudan las mujeres. “Ellas no vienen a nosotros, así que tenemos que ir a ellas”.