Ucrania lanzó el fin de semana nuevos ataques contra posiciones rusas en la ciudad meridional de Melitopol y en la Crimea ocupada por Rusia.
Los tan esperados ataques se producen tras la retirada de las tropas rusas de la región de la ciudad de Kherson en las últimas semanas, lo que pone a Crimea a tiro de piedra.
Se registraron explosiones en Melitopol, en las ciudades crimeas de Sebastopol y Simferopol, y en un cuartel militar ruso en Sovietsky.
Los medios de comunicación rusos informaron de que al menos 20 misiles impactaron en Melitopol el sábado y el domingo.
Las autoridades rusas instaladas en Ucrania informaron de que dos personas murieron en los ataques y otras diez resultaron heridas.
Yevgeny Balitsky, gobernador instalado por Rusia en la región ocupada de Zaporizhzhia, afirmó que los sistemas rusos de defensa antiaérea habían destruido cuatro misiles ucranianos y confirmó que dos de ellos habían alcanzado los objetivos previstos.
El alcalde ucraniano exiliado de Melitopol, sin embargo, afirmó que habían muerto “decenas” de rusos.
Por qué es importante
Las autoridades ucranianas no han asumido aún la responsabilidad de los ataques, al igual que ha ocurrido con otros recientes en suelo ruso.
Sin embargo, un asesor del presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, describió la importancia de Melitopol como centro logístico clave para las posiciones rusas en el sur de Ucrania.
“Toda la logística que une a las fuerzas rusas en la parte oriental de la región de Kherson y todo el camino hasta la frontera rusa cerca de Mariupol se lleva a cabo a través de ella”, dijo Oleksiy Arestovych, añadiendo que si Melitopol cae, también lo hace “toda la línea de defensa hasta Kherson”.
Si Rusia pierde toda su línea de defensa en la región, podría abrir la península de Crimea a nuevos ataques. Las fuerzas rusas saben que esto se ha convertido en una posibilidad y, en las últimas semanas, han aparecido vídeos que muestran a las tropas rusas cavando trincheras en la península en preparación para una contraofensiva ucraniana destinada a recuperar el control del territorio que el presidente ruso, Vladimir Putin, se anexionó en 2014.
Junto con los informes de que las fuerzas rusas han comenzado a retirarse de algunas partes de Zaporizhzhia Oblast, Moscú se enfrenta ahora a la difícil realidad de que la mayoría de los territorios anexionados en septiembre siguen muy disputados, con grandes secciones de cada territorio aún controladas por Ucrania.
Podrían ser malas noticias para Rusia, aunque no sería la primera vez que el Kremlin ordena retiradas tácticas en preparación de una nueva ofensiva.
Sin embargo, los ataques de este fin de semana suponen un reto para Rusia, ya que ahora están en peligro rutas de suministro clave y toda una línea de defensa, y perderlas ahora podría hacer que la batalla por Crimea fuera más intensa -y más arriesgada para Rusia- más adelante.