En un vídeo viral en Internet, se ve a soldados rusos castrar a un prisionero de guerra ucraniano. Esto provocó la condena y la conmoción internacional.
El vídeo gráfico muestra a un soldado con guantes quirúrgicos azules y un distintivo gorro negro de ala ancha pisando la cabeza de un prisionero que está tumbado en el suelo boca abajo. Otro soldado se coloca sobre las piernas del prisionero.
El prisionero lleva camuflaje, tiene parte de los pantalones quitados y las manos atadas a la espalda. Su hombro está marcado con un parche azul-amarillo que lo identifica como ucraniano.
A continuación, el atacante mutila brutalmente a su prisionero con un cuchillo tipo cúter, que tiene un mango verde. Su víctima está tendida en el suelo luchando, y el ruso continúa mutilándolo. El soldado con sombrero saca la parte ensangrentada del cuerpo y la levanta para la cámara antes de arrojarla a un lado.
Las imágenes se difundieron originalmente a través de Telegram, una aplicación de mensajería que permite a las personas de habla rusa comunicarse entre sí.
No está claro cuándo o dónde se grabó el vídeo, y no ha sido confirmado por fuentes oficiales.
Aunque el rostro del atacante no es visible en la grabación, los investigadores intentaron identificarlo utilizando su ropa y su sombrero.
Se desconoce el destino del soldado que fue castrado. Según la Misión de Observación de los Derechos Humanos de la ONU, otro vídeo mostraba que el soldado había recibido un disparo en la cabeza y había sido arrastrado a una zanja.
Tras su difusión el jueves y el viernes, el vídeo provocó conmoción, horror y condena.
Mykhailo podolyak, un asesor ucraniano, declaró que los propagandistas rusos “mostraban encantados a un grupo de dictadores [rusos] mutilando a un prisionero [ucraniano]”.
Afirmó que la niebla de la guerra no permitirá que los verdugos rusos eviten ser castigados. “Identificaremos a cada uno y llegaremos a ellos”.
Inna Sovsun, diputada del Parlamento ucraniano, declaró que las tropas rusas formaban parte de la unidad chechena Ahmat. Hizo un llamamiento a la acción internacional.
Josep Borrell (jefe de la política exterior de la UE), calificó el incidente de “atrocidad atroz”, pero acusó a las fuerzas rusas y a sus dirigentes de crímenes de guerra.
Marie Struthers es la directora de Europa Oriental y Asia Central de Amnistía Internacional. Declaró: “Este horrible asalto es un ejemplo más del total desprecio de las fuerzas rusas por la dignidad humana y la vida en Ucrania”.
Rusia no ha hecho ningún comentario.
Durante su invasión de Ucrania, las tropas rusas fueron acusadas de cometer atrocidades contra civiles y soldados.
Moscú y Kiev se acusaron mutuamente del bombardeo de una prisión que albergaba a prisioneros de guerra ucranianos, en una zona del este de Ucrania controlada por los separatistas prorrusos.
En el ataque a la prisión de Olenivka murieron 53 prisioneros de guerra ucranianos. Otros 75 resultaron heridos.
Ambas partes afirmaron que el ataque fue premeditado para encubrir las atrocidades.
La embajada rusa en el Reino Unido declaró que los soldados del batallón Azov de Ucrania, que fue crucial en la batalla de Mariupol, deberían ser ejecutados tras la masacre.
“Los militantes [de Azov] deberían ser ejecutados, pero no por fusilamiento, sino por ahorcamiento, ya que no son verdaderos soldados. Merecen una muerte humillante”, escribió la Embajada en Twitter.