CIUDAD DEL VATICANO – El Vaticano expresó el miércoles su preocupación de que las “decisiones recientes” puedan socavar la estabilidad regional en Oriente Medio, en una aparente referencia a la inversión de la posición de Estados Unidos sobre los poblados israelíes.
El Vaticano no citó específicamente la conclusión de Estados Unidos de que los poblados israelíes en Judea y Samaria no violan el derecho internacional. Pero la referencia parecía clara cuando hablaba de “las recientes decisiones que podrían socavar aún más el proceso de paz israelí-palestino y la ya frágil estabilidad regional” en Oriente Medio.
La Santa Sede reiteró su apoyo a una “solución de dos Estados para dos pueblos, como única forma de alcanzar una solución completa a este antiguo conflicto”.
Dijo que apoya el derecho de Israel a “vivir en paz y seguridad dentro de las fronteras reconocidas por la comunidad internacional” y apoya “el mismo derecho que pertenece al pueblo palestino, que debe ser reconocido, respetado y aplicado”.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, anunció el lunes que Estados Unidos estaba suavizando su posición sobre los poblados israelíes en Judea y Samaria y repudiando una opinión legal del Departamento de Estado de 1978 que sostenía que eran “inconsistentes con el derecho internacional”.
La decisión de Estados Unidos enfureció a los palestinos y fue reprendida por muchos otros países, así como por las Naciones Unidas.
“Después de estudiar cuidadosamente todos los aspectos del debate legal”, dijo Pompeo a los periodistas, Estados Unidos había concluido que “el establecimiento de poblados civiles israelíes en Judea y Samaria no es, per se, incompatible con el derecho internacional”.
“Llamar al establecimiento de asentamientos civiles incompatibles con el derecho internacional no ha funcionado. No ha hecho avanzar la causa de la paz”, dijo Pompeo.
La comunidad internacional considera de manera abrumadora que los asentamientos son ilegales. Esto se basa en parte en el Cuarto Convenio de Ginebra, que impide que una potencia ocupante transfiera parte de su propia población civil al territorio ocupado.
Israel rechaza la posición de que los territorios están “ocupados”, sosteniendo que fueron capturados de Jordania en una guerra defensiva y que Judea y Samaria fue simplemente controlada por Jordania, pero nunca parte del Reino Hachemita ni de ningún otro Estado soberano.
Israel liberó Judea y Samaria, incluyendo el Valle del Jordán, en la Guerra de los Seis Días de 1967, y más tarde comenzó poblar el territorio.