PARÍS, Francia – Irán está llevando a cabo ejecuciones a un “ritmo espeluznante” en asesinatos aprobados por el régimen islámico a escala masiva que constituyen un “abominable asalto” al derecho a la vida, dijeron el miércoles dos grupos de derechos.
El Centro Abdorrahman Boroumand para los Derechos Humanos en Irán, con sede en Washington, y Amnistía Internacional, con sede en Londres, afirmaron en un comunicado conjunto que hasta finales de junio se habían confirmado 251 ahorcamientos en lo que va de año, aunque la cifra real podría ser aún mayor.
“Si las ejecuciones continúan a este horrible ritmo, pronto superarán el total de 314 ejecuciones registradas en todo 2021”, dijeron los grupos, denunciando una “racha de ejecuciones”.
Dijeron que 146 de las personas ejecutadas en 2022 habían sido condenadas por asesinato, “en medio de patrones bien documentados de ejecuciones que se llevan a cabo sistemáticamente tras juicios manifiestamente injustos”.
Pero al menos otras 86 personas fueron ejecutadas por delitos relacionados con el narcotráfico, por los que las ejecuciones habían disminuido drásticamente en los últimos años hasta ahora, tras los cambios en la legislación nacional.
“Durante los primeros seis meses de 2022, las autoridades iraníes ejecutaron al menos a una persona al día de media. La maquinaria estatal está llevando a cabo asesinatos a escala masiva en todo el país en un abominable ataque al derecho a la vida”, ha declarado Diana Eltahawy, directora regional adjunta para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
El informe señala que las autoridades han llevado a cabo regularmente ejecuciones masivas en las cárceles de todo Irán, con hasta una docena de personas ejecutadas a la vez.
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Los grupos confirmaron un informe de otra ONG, Iran Human Rights, según el cual Irán llevó a cabo el sábado su primera ejecución pública en dos años.
La declaración también decía que los comentarios de funcionarios iraníes reconociendo el problema del hacinamiento en las cárceles habían creado el temor de que “el aumento de las ejecuciones esté relacionado con los esfuerzos oficiales para reducir el número de presos”.
Los grupos de derechos también expresaron su alarma por el hecho de que más de una cuarta parte de las personas ejecutadas en lo que va de 2022 fueran miembros de la minoría étnica baluchi de Irán, que sólo representa el cinco por ciento de la población.
“El uso desproporcionado de la pena de muerte contra la minoría baluchi de Irán personifica la arraigada discriminación y represión a la que se enfrentan desde hace décadas”, dijo la directora del Centro de Derechos Humanos Abdorrahman Boroumand, Roya Boroumand.
El comunicado señala que el aumento de las ejecuciones también ha coincidido con el ascenso a la presidencia del ex jefe del poder judicial, Ebrahim Raisi, y el nombramiento del ex ministro de inteligencia Gholamhossein Mohseni Ejei como nuevo jefe del poder judicial.
Los activistas afirman que Irán está inmerso en una gran represión mientras continúan las protestas por las condiciones de vida en una grave crisis económica.
Han sido detenidos activistas sindicales, intelectuales y también cineastas, entre ellos el director Mohammad Rasoulof, cuya lacerante película “No hay mal”, sobre los efectos del uso de la pena de muerte en Irán, ganó el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín de 2020.