Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, advirtió el viernes que Irán podría producir material fisible suficiente para una bomba atómica en solo una o dos semanas, aunque no ha tomado medidas para ensamblar un arma. Blinken habló en el Foro de Seguridad de Aspen y expresó su escepticismo sobre las posibilidades de reforma en Irán tras la elección de un candidato moderado, destacando que el ayatolá Ali Jamenei sigue tomando las decisiones.
Al asumir la administración actual, se intentó seguir con la diplomacia nuclear con Irán para evitar que obtuviera un arma nuclear, lo cual sería beneficioso, según Blinken. Criticó la retirada del acuerdo nuclear con Irán por parte de Donald Trump, quien defendió su decisión alegando que Teherán “estaba en quiebra” durante su mandato, pero ahora está “muy cerca de tener un arma nuclear”. Blinken argumentó que el enfoque de Trump contribuyó a que Irán esté cerca de desarrollar armas nucleares.
“En lugar de estar al menos a un año de tener la capacidad de producir material fisible para un arma nuclear, ahora probablemente esté a una o dos semanas de hacerlo”, afirmó Blinken, destacando que producir un arma nuclear completa llevaría mucho más tiempo. Reiteró que Estados Unidos no permitirá que Irán obtenga un arma nuclear y destacó la preferencia por una vía diplomática.
Estados Unidos ha aumentado la presión sobre Irán con más de 600 sanciones y no ha levantado ninguna. Desde la retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018, Irán ha enriquecido uranio cerca de los niveles necesarios para armas nucleares, sin una razón civil creíble según las potencias occidentales. Irán insiste en que sus objetivos son pacíficos, pero ha insinuado cambios en su doctrina nuclear si es atacado o si su existencia es amenazada por Israel.
Antes de las recientes elecciones presidenciales en Irán, se informó que los líderes iraníes consideraban avanzar en la producción de un arma nuclear. El presidente electo, Masoud Pezeshkian, aboga por relaciones constructivas con los países occidentales y por revivir el acuerdo nuclear de 2015. En respuesta a las crecientes preocupaciones, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reactivó grupos de trabajo para abordar el programa nuclear iraní.