El consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, dijo el martes que la voluntad del presidente Donald Trump de hablar con el presidente iraní Hassan Rouhani sobre el programa nuclear de Teherán no implica que Trump esté a punto de cambiar su dura postura sobre Irán.
En una entrevista con RadioFreeEurope/RadioLiberty, Bolton dijo que Trump ha dejado claro desde hace tiempo que “se reunirá con cualquiera para hablar. Es un negociador. Es un negociante”.
“Pero hablar con ellos no implica, para el presidente Trump, cambiar su posición”, enfatizó Bolton.
“Creo que si se mira lo que el presidente Trump ha dicho sobre … el acuerdo nuclear de Irán, que él llamó el peor acuerdo en la historia diplomática de Estados Unidos, una opinión que creo que está ampliamente justificada por los hechos, no va a cometer los mismos errores que cometió el[ex presidente de EE.UU., Barack] Obama”, continuó.
Bolton agregó que “la idea de que Irán reciba algún beneficio económico tangible simplemente por dejar de hacer cosas que no debería haber estado haciendo en primer lugar no es más que un principio”.
Además, dijo que “si hay un acuerdo global, entonces, por supuesto, las sanciones se aplicarán en ese momento”.
“Cuando el régimen de Irán esté listo para hablar de eso, entonces habrá una reunión”, declaró Bolton.
El lunes, Trump dijo en una conferencia de prensa conjunta con el presidente francés Emmanuel Macron que hay una “muy buena posibilidad” de que se reúna con Rouhani.
Trump agregó que Irán es un país con un gran potencial y que espera con interés un acuerdo a largo plazo en virtud del cual Irán no produzca armas nucleares ni misiles balísticos.
El martes, sin embargo, Rouhani echó agua fría sobre la posibilidad de reunirse con Trump, diciendo que tal reunión no tendrá lugar a menos que todas las sanciones contra Teherán sean levantadas unilateralmente por los Estados Unidos.
Trump el pasado mes de mayo sacó a Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y seis potencias mundiales. Posteriormente impuso dos rondas de sanciones a Irán, la última de las cuales entró en vigor en noviembre de 2018.
Irán, a su vez, ha reducido su cumplimiento del acuerdo de 2015.
Los firmantes europeos del acuerdo de 2015 no estuvieron de acuerdo con la decisión de Trump de abandonar el acuerdo y han intentado salvarlo. Los países europeos han prometido ayudar a Irán a evadir las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, protegiendo a las empresas que hacen negocios con el Estado corrupto en un esfuerzo por preservar el acuerdo.