Wang Yi apoya a Irán en negociaciones nucleares, opone sanciones y busca fortalecer lazos bilaterales con Teherán.
China apoya negociaciones nucleares de Irán con Estados Unidos
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, expresó su respaldo a Irán en las conversaciones nucleares con Estados Unidos durante un encuentro con su homólogo iraní, Seyed Abbas Araghchi, en Pekín. Según un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Wang rechazó el uso de la fuerza y las sanciones unilaterales calificadas como “ilegales” para abordar el tema nuclear iraní. La reunión tuvo lugar el 23 de abril de 2025, en el marco de una visita oficial de Araghchi a la capital china.
Durante las conversaciones, Wang Yi destacó la disposición de Pekín para intensificar la coordinación con Teherán en asuntos regionales e internacionales. El ministro subrayó la importancia de profundizar la cooperación bilateral, con el objetivo de fortalecer los lazos estratégicos entre ambos países. Esta postura refleja el interés de China por consolidar su influencia en Oriente Medio, especialmente en un contexto de tensiones por el programa nuclear iraní.
La visita de Araghchi se produjo en vísperas de una tercera ronda de negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos, programada para los próximos días. Estas discusiones, mediadas por Omán, buscan un acuerdo que garantice que Irán no desarrolle armas nucleares a cambio de un alivio de las sanciones económicas impuestas por Washington. Las conversaciones anteriores, celebradas en Muscat y Roma, fueron descritas como constructivas por ambas partes, aunque persisten diferencias significativas.
En marzo de 2025, China organizó una reunión trilateral en Pekín con representantes de Rusia e Irán para discutir el programa nuclear iraní. En ese encuentro, los tres países emitieron un comunicado conjunto que instaba a abandonar las sanciones y la presión como herramientas para resolver la guerra. Wang Yi propuso un plan de cinco puntos que incluía el retorno al Acuerdo Nuclear de 2015, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), como base para futuras negociaciones.
Datos clave sobre las negociaciones nucleares y la postura de China
- China es signataria del JCPOA, firmado en 2015 por Irán, Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania.
- El JCPOA limitaba el programa nuclear iraní a cambio de alivio de sanciones, pero colapsó en 2018 tras la retirada de Estados Unidos.
- Irán ha enriquecido uranio al 60% de pureza, cerca del 90% necesario para armas nucleares, según la Agencia Internacional de Energía Atómica.
- China importa aproximadamente el 15% de su petróleo de Irán, lo que refuerza su interés en la estabilidad de Teherán.
- Wang Yi ha reiterado su oposición a sanciones unilaterales desde 2015, abogando por soluciones diplomáticas.
Antecedentes de la postura china en el tema nuclear iraní
El respaldo de China a Irán en las negociaciones nucleares se alinea con su postura histórica de oposición a las sanciones unilaterales. Desde la retirada de Estados Unidos del JCPOA en 2018, Pekín ha criticado las medidas punitivas impuestas por Washington, argumentando que agravan las tensiones en la región. En este contexto, China ha buscado posicionarse como un actor clave en la diplomacia de Oriente Medio, como lo demostró al mediar en la reconciliación entre Arabia Saudita e Irán en 2023.
Las relaciones entre China e Irán se han fortalecido en los últimos años, especialmente tras la firma de un acuerdo de cooperación estratégica de 25 años en 2021. Este pacto abarca sectores como energía, tecnología y comercio, consolidando a China como el principal socio comercial de Irán. En 2024, ambos países acordaron ampliar su colaboración en áreas como educación, cultura y tecnología, según un comunicado conjunto emitido tras una reunión entre Wang Yi y Araghchi en diciembre.
El interés de China en el tema nuclear iraní también responde a preocupaciones económicas y geopolíticas. La inestabilidad en Oriente Medio podría interrumpir el suministro de petróleo iraní, que representa una parte significativa de las importaciones chinas. Además, Pekín busca contrarrestar la influencia de Estados Unidos en la región, promoviendo un enfoque multilateral que priorice el diálogo sobre la confrontación.
Por su parte, Irán ha mantenido una postura ambivalente en las negociaciones nucleares. Mientras el ministro Araghchi ha descrito las recientes conversaciones con Estados Unidos como positivas, el líder supremo, Alí Jamenei, ha rechazado públicamente cualquier diálogo bajo presión. En una declaración reciente, Jamenei afirmó que Irán “no busca armas nucleares”, pero las autoridades iraníes han advertido que podrían reconsiderar esta posición si las sanciones persisten.
Contexto internacional y desafíos para un acuerdo
Las negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos enfrentan múltiples obstáculos. La administración del presidente Donald Trump ha adoptado una estrategia de “máxima presión”, combinando sanciones económicas con advertencias de acción militar. En febrero de 2025, la Agencia Internacional de Energía Atómica informó que Irán había acumulado más de 274.8 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, lo que ha generado preocupación en las potencias occidentales.
A pesar de las tensiones, Omán ha desempeñado un papel crucial como mediador, facilitando rondas de diálogo indirecto entre Teherán y Washington. La reunión más reciente, celebrada en Roma el 19 de abril de 2025, fue descrita por un alto funcionario estadounidense como un avance significativo. Sin embargo, Irán ha insistido en que las negociaciones se limiten al tema nuclear y al levantamiento de sanciones, rechazando discutir otros asuntos regionales.
La postura de China y Rusia, ambos aliados de Irán, ha complicado las negociaciones. Ambos países han instado a Estados Unidos a mostrar “sinceridad” y regresar al JCPOA sin condiciones previas. En este sentido, la reunión trilateral de marzo en Pekín marcó un esfuerzo conjunto para alinear las posiciones de los tres países frente a las demandas occidentales.
El panorama diplomático se ve influido por otros actores clave. Israel, que considera el programa nuclear iraní como una amenaza existencial, ha presionado para una postura más dura contra Teherán. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha reiterado que solo aceptará el desmantelamiento completo de las instalaciones nucleares iraníes, una posición que contrasta con la flexibilidad mostrada por la administración Trump en las recientes negociaciones.
Marco histórico del programa nuclear iraní
El JCPOA, firmado en 2015, marcó un hito en los esfuerzos por limitar el programa nuclear de Irán. A cambio de restricciones estrictas, como el enriquecimiento de uranio al 3.67% y un límite de 300 kilogramos en su reserva, Irán recibió un alivio significativo de sanciones. Sin embargo, la retirada de Estados Unidos en 2018, bajo la presidencia de Donald Trump, desencadenó una escalada de tensiones. Irán comenzó a incumplir gradualmente sus compromisos, mientras que las sanciones estadounidenses devastaron su economía.
Desde entonces, Irán ha fortalecido sus capacidades nucleares, lo que ha generado alarma internacional. La Agencia Internacional de Energía Atómica ha informado que Irán ha restringido el acceso de inspectores internacionales, lo que dificulta la verificación de sus actividades. Este desarrollo ha intensificado los esfuerzos diplomáticos para evitar una escalada militar en la región.
En paralelo, China ha consolidado su papel como defensor de Irán en el escenario internacional. En 2015, el presidente Xi Jinping expresó su apoyo a un acuerdo nuclear “justo y equilibrado” durante una reunión con el entonces presidente iraní, Hassan Rouhani. Esta posición se ha mantenido constante, con Pekín abogando por el multilateralismo y la diplomacia como únicas vías para resolver la guerra.
La relación entre China e Irán también se ha visto reforzada por intereses compartidos en foros internacionales como la Organización de Cooperación de Shanghái y el grupo BRICS. Ambos países han utilizado estas plataformas para promover una agenda que desafíe la hegemonía de Estados Unidos, lo que añade una capa de complejidad a las negociaciones nucleares en curso.