Hombres armados enmascarados asesinaron hoy frente a su casa a un comandante local de las fuerzas de seguridad paramilitares Basij en la provincia sudoccidental de Khuzestan. Abdolhosein Mojaddami fue asesinado a tiros por dos personas desconocidas que iban en una motocicleta, según la agencia oficial de noticias IRNA.
Mojaddami, quien encabezaba la fuerza local Basij en el pueblo de Darkhoein, se dice que era un asociado del recientemente asesinado alto general Qassem Soleimani. Los Basij son una organización de voluntarios que opera bajo el Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos (CGRI) y se utiliza para la seguridad interna y otras tareas como la represión de la disidencia.
Según los medios de comunicación iraníes, nadie ha reivindicado aún la responsabilidad del asesinato ni se ha establecido un motivo. Sin embargo, se especula con que organizaciones terroristas como el Movimiento de Lucha Árabe para la Liberación de Ahvaz (ASMLA), que ha llevado a cabo atentados terroristas en el pasado, como el ataque en 2018 a un desfile militar en la misma región y a quien el gobierno iraní acusa de recibir apoyo extranjero, puedan estar detrás del ataque.
Por otra parte, el domingo, una base del CGRI en la capital Teherán, la base Mohammad Rasoulollah fue atacada por “jóvenes desafiantes”, de acuerdo con el sitio web asociado con el grupo opositor al régimen de los Mujahedines del Pueblo de Irán (MEK), al día siguiente, un edificio de la policía en Mashhad en el noreste del país también fue atacado con imágenes que aparecen en línea de las explosiones en el sitio. No está claro si hubo víctimas o si el MEK fue directamente responsable.
La mayor parte de la comunidad del MEK tiene actualmente su sede en Albania, país miembro de la OTAN, y se estima que son 3.000 personas. El ex asesor de seguridad nacional de la administración Trump, John Bolton, tiene vínculos con el MEK y ha servido como un poderoso defensor del grupo en Washington. Sin embargo, el Secretario de Estado Mike Pompeo había pedido a principios de este mes a los diplomáticos estadounidenses que evitaran la comunicación directa con el MEK y otros grupos de la oposición iraní, ya que podrían resultar “contraproducentes” para las posibilidades de Washington en las negociaciones con Teherán.