Corea del Norte suministró tecnología y componentes de misiles a Irán para fabricar un cohete que Teherán afirma que es “pacífico”.
Pájaros de una pluma
Irán y Corea del Norte disfrutan de relaciones sorprendentemente estrechas en lo que se refiere a armas y armamento. Irán importa mucha artillería de largo alcance de Corea del Norte, además de tanques, y la lista continúa. Una de las importaciones de armas más recientes de Irán es el misil Simorgh.
La relativamente nueva Agencia Espacial Iraní ha estado probando varios misiles de largo alcance desde la creación de la agencia en 2004. Estos misiles suelen utilizar motores de otro cohete iraní de largo alcance, el Shaham-3. En 2008, Irán se unió al pequeño club de países que han logrado poner en órbita un satélite utilizando cohetes de diseño nacional.
El misil Simorgh es relativamente pequeño para un cohete destinado a lanzar satélites. Tiene motores de cuatro cohetes y se supone que utiliza la tecnología del misil Scud de alrededor del decenio de 1960. Aunque el Simorgh es aparentemente parte del programa espacial de Irán, podría ser adaptado para su uso en misiles balísticos de largo alcance.
Los satélites están bien y son buenos, y normalmente se usan con fines pacíficos. Lo que preocupa del lanzamiento del satélite de Irán no son los satélites en sí mismos, sino la tecnología de cohetes que se utilizó para hacerlos volar.
La ayuda exterior
La comunidad de inteligencia de los Estados Unidos ha llegado a la conclusión de que la República Popular Democrática de Corea suministró a Irán “datos de diseño, tecnología de separación de etapas y equipo de refuerzo” que se utilizaron para diseñar el Simorgh. Esta conclusión se basa en los informes de inteligencia que afirman que se vieron partes de cohetes saliendo de Corea del Norte hacia Irán y muestran cómo la RPDC e Irán siguen entrelazados a través de acuerdos de armas.
Esperanzas y sueños balísticos
El Simorgh solo puede transportar cargas útiles más pequeñas a la órbita inferior de la Tierra. Su capacidad de carga útil estimada está por debajo de los 100 kilogramos, o alrededor de 220 libras. Una ojiva nuclear pesa en el rango de 500 a 1.000 kilogramos, o alrededor de 1.100-2.200 libras. No es exactamente una gran amenaza.
El rango también es un problema. El Simorgh puede alcanzar aproximadamente 500 kilómetros de altitud, nada cerca de los más de 10.000 kilómetros necesarios para poner a los Estados Unidos continentales dentro de su alcance. Además, para que el Simorgh sea un MCBI funcional, no solo necesitaría duplicar aproximadamente su altitud máxima a unos 1.000 kilómetros, sino que también necesitaría sobrevivir a la reentrada en la atmósfera de la Tierra.
La reentrada es una de las partes más peligrosas de la trayectoria de un MBI. Las altas velocidades a las que un ICBM entra en la atmósfera de la Tierra generan una enorme cantidad de calor del que un ICBM necesita estar adecuadamente protegido. No solo eso, sino que los instrumentos de navegación y de puntería a bordo tienen que sobrevivir a la intensamente turbulenta reentrada.
Posdata
Sí, Irán dice que poner en órbita los satélites es para fines pacíficos, pero poner un satélite en el espacio tiene más de un propósito. Un análisis de inteligencia de 2017 dijo que “el progreso en el programa espacial de Irán podría acortar el camino hacia un ICBM porque los vehículos de lanzamiento espacial (SLV) usan tecnologías inherentemente similares”. El informe explicaba que el Simorgh “podría servir como banco de pruebas para el desarrollo de tecnologías de MCBI”. Tal vez las intenciones de Teherán no son tan puras después de todo.