La administración del presidente Donald Trump considera un plan para detener e inspeccionar petroleros iraníes en el mar bajo un acuerdo internacional destinado a frenar la proliferación de armas de destrucción masiva, según fuentes consultadas por Reuters.
Trump reafirma su estrategia de “máxima presión” para aislar a Irán de la economía global y bloquear sus exportaciones de petróleo, con el objetivo de impedir el desarrollo de un arma nuclear.
En las primeras semanas de su segundo mandato, impuso dos nuevas rondas de sanciones dirigidas a empresas y a la flota clandestina de petroleros iraníes, que operan sin seguro occidental y transportan crudo desde países sancionados.
Funcionarios estadounidenses buscan ahora mecanismos para que aliados intercepten barcos en puntos estratégicos como el Estrecho de Malaca y otras rutas marítimas clave, indicaron seis fuentes bajo condición de anonimato.
Estas medidas retrasarían la entrega de crudo a refinerías y aumentarían los riesgos de reputación y sanciones para quienes facilitan el comercio iraní. “No es necesario hundir barcos o arrestar a personas; basta con generar incertidumbre para desincentivar este negocio”, señaló una de las fuentes.
El gobierno evalúa si estas inspecciones pueden realizarse bajo la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación, lanzada en 2003 para evitar el tráfico de armas de destrucción masiva y respaldada por más de 100 países.
Este mecanismo podría permitir que gobiernos extranjeros intercepten envíos de petróleo iraní a solicitud de Washington, retrasando entregas y afectando los ingresos de Teherán.
El Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU. analiza la viabilidad de implementar estas inspecciones en el mar, confirmaron dos fuentes.