El ejército de Estados Unidos reiteró el miércoles su promesa de mantener abiertas las vías fluviales del Golfo Pérsico a los petroleros, luego de que un comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán prometiera interrumpir el comercio mundial de petróleo si Estados Unidos evita que Irán exporte su propio petróleo.
El capitán Bill Urban, portavoz del Comando Central del ejército estadounidense, dijo que los marineros estadounidenses y sus aliados regionales “están listos para garantizar la libertad de navegación y el libre flujo de comercio donde lo permita el derecho internacional”.
El comandante de la Guardia Revolucionaria iraní Ismail Kowsari, el miércoles pareció aclarar la advertencia del presidente iraní Hassan Rouhani de “consecuencias”, si Estados Unidos convence a sus aliados para que dejen de comprar el petróleo de Teherán.
“Si quieren detener las exportaciones petroleras iraníes, no permitiremos que ningún envío de petróleo pase por el Estrecho de Hormuz”, dijo Kowsari, según el sitio web del Young Journalists Club (YJC).
Rouhani dijo el martes que el suministro regional de petróleo podría verse comprometido si Estados Unidos sigue presionando a Irán.
“No tendría sentido que Irán no pueda exportar su petróleo, mientras que otros en la región sí pueden. Haga esto si puede y verá las consecuencias”, dijo de acuerdo con un informe en inglés de sus declaraciones proporcionadas por Iran Press TV.
Cuando fue presionado en el pasado, Irán amenazó con cerrar el estratégico Estrecho de Hormuz, por el que pasa un tercio del suministro mundial de petróleo.
Desde que Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear con Irán, conocido oficialmente como el Plan de Acción Integral Conjunto, Washington ha estado presionando a los aliados para que eliminen por completo las importaciones de petróleo de la República Islámica en noviembre.
La administración de Trump prometió el lunes seguir con su campaña de presión contra Irán, afirmando su estrategia de cambiar el comportamiento de Teherán destruyendo sus ingresos petroleros y aislando al país a nivel mundial.
“Nuestro objetivo es aumentar la presión sobre el régimen iraní reduciendo a cero sus ingresos en las ventas de petróleo crudo”, dijo Brian Hook, director de planificación de políticas del Departamento de Estado, en una conferencia de prensa con periodistas.
También sugirió, sin embargo, que habría cierto margen de maniobra para permitir que algunos países que importan petróleo iraní eviten sanciones inmediatas, una vez que se establezca su reimposición el 4 de noviembre.
“Estamos preparados para trabajar con países que están reduciendo sus importaciones caso por caso, pero al igual que con nuestras otras sanciones, no estamos buscando conceder exenciones o licencias”, dijo Hook, en comentarios que fueron vistos como un ablandamiento de las demandas anteriores de los Estados Unidos.
Irán es el segundo mayor exportador de crudo de la OPEP con más de 2 millones de barriles por día.
Rouhani ha afirmado que Irán no cederá bajo la presión de Estados Unidos e instó al diálogo para resolver las diferencias entre las naciones.
Los países notables que importan crudo iraní incluyen Turquía, India, China y Corea del Sur.
Desde que un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos le dijo a los periodistas el 26 de junio que Estados Unidos se preparaba para pedirles a sus aliados que redujeran sus importaciones de petróleo de Irán, el precio del crudo estadounidense subió más del 8 por ciento.
Posteriormente, Trump expresó su preocupación por los precios del petróleo la semana pasada y anunció en un tweet que él y el rey Salman de Arabia Saudita habían acordado aumentar la producción diaria de petróleo en 2 millones de barriles.