El Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, prometió el jueves mantener la presión sobre Teherán y anunció nuevas sanciones contra las empresas con sede en China, Hong Kong y los Emiratos Árabes Unidos que realicen negocios con Irán.
“La máxima presión sobre el régimen iraní continuará hasta que su comportamiento cambie”, escribió Pompeo en Twitter. “Hoy hemos impuesto sanciones contra las entidades con sede en China, Hong Kong y los Emiratos Árabes Unidos por operar en los sectores petrolero y petroquímico de Irán. Si facilitan las actividades de este régimen, serán sancionados”.
Las tensiones con Irán se han disparado desde que el presidente estadounidense Donald Trump ordenó un ataque con aviones no tripulados en Irak el 3 de enero que mató al principal general iraní Qassem Soleimani.
En respuesta al ataque con aviones no tripulados, Irán disparó ráfagas de misiles balísticos contra las bases iraquíes que albergaban a las tropas estadounidenses. No se informó de ninguna baja en ese momento, pero desde entonces se ha revelado que 11 tropas estadounidenses sufrieron heridas.
El ataque exacerbó las tensiones entre Estados Unidos e Irán, que han ido aumentando constantemente desde que Trump retiró a Washington del acuerdo nuclear de 2015. El acuerdo, negociado bajo la administración estadounidense de Barack Obama, había impuesto restricciones al programa nuclear de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
Desde que Trump se retiró del acuerdo, Estados Unidos ha impuesto sanciones paralizantes a Irán, incluyendo su vital industria de petróleo y gas, empujando al país a una crisis económica que ha provocado varias olas de protestas esporádicas y sin liderazgo.
El vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, hizo un llamado el jueves en Jerusalén para que el mundo se enfrente a Irán, estableciendo un paralelo entre la República Islámica y la Alemania nazi durante el Foro Mundial del Holocausto de esta semana en Yad Vashem.
Hablando ante Pence, el primer ministro Benjamin Netanyahu instó a tomar medidas contra “los tiranos de Teherán”, comparando lo que él considera la amenaza iraní con la que plantearon los nazis.
El miércoles, el presidente francés Emmanuel Macron se comprometió a ser duro con Irán en lo que respecta a su programa nuclear, ya que el presidente de la República Islámica advirtió que responsabilizaría a Europa si el acuerdo atómico de 2015 se derrumba.
Mientras tanto, el presidente iraní Hassan Rouhani afirmó que su país nunca buscaría adquirir armas nucleares, advirtiendo a los países europeos que no violaran los términos del acuerdo nuclear, como han hecho Estados Unidos, y el propio Irán.
El lunes, Irán insistió en que, aunque ha retrocedido en sus compromisos con el acuerdo nuclear de 2015, provocando el escrutinio europeo, sigue siendo parte del acuerdo.
“Teherán sigue en el acuerdo … las afirmaciones de las potencias europeas sobre la violación del acuerdo por parte de Irán son infundadas”, dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Abbas Mousavi, en una conferencia de prensa semanal televisada, según informó Reuters.
“Si Irán disminuirá aún más sus compromisos nucleares dependerá de otras partes y de si los intereses de Irán están asegurados bajo el acuerdo”, dijo.
Reino Unido, Francia y Alemania lanzaron un proceso la semana pasada acusando a Irán de no cumplir con los términos del acuerdo de 2015 restringiendo su programa nuclear, mientras que Teherán acusa al bloque de inacción por las sanciones de Estados Unidos.
Los tres países de la Unión Europea, Francia, Alemania e Italia, insistieron en que seguían comprometidos con el acuerdo, que ya ha sido severamente socavado por la salida de Estados Unidos en 2018 y la reimposición por parte de Washington de sanciones unilaterales a sectores clave de la economía de Irán.
Desde mayo de 2019, Irán ha ido reduciendo progresivamente algunos de los compromisos del acuerdo en respuesta a las sanciones de Estados Unidos y a la incapacidad de Europa para eludirlas.
Sin embargo, ha hecho hincapié en que pueden ser revocadas si los intereses de Teherán se hacen realidad.
El último y último paso de Irán, en enero, consistió en renunciar a la limitación del número de máquinas utilizadas para hacer más potente el uranio.