PARÍS, Francia – La televisión estatal iraní emitió el jueves lo que dijo que eran “confesiones” de una pareja francesa detenida hace cinco meses, una medida que el gobierno de París condenó como “vergonzosa, repugnante e inaceptable”.
El hombre y la mujer franceses fueron detenidos en mayo, cuando Irán era escenario de manifestaciones de profesores que exigían aumentos de sueldo y pedían la liberación de sus colegas detenidos.
La difusión de sus supuestas confesiones se produce en un momento en que Irán se enfrenta a una oleada de protestas encabezadas por mujeres que estallaron el 16 de septiembre tras la muerte bajo custodia de la mujer kurda iraní Mahsa Amini.
Irán ha acusado en repetidas ocasiones a fuerzas externas de provocar las protestas y la semana pasada anunció la detención de nueve ciudadanos extranjeros, entre ellos de Francia, Alemania, Italia, Polonia y los Países Bajos.
En el vídeo difundido el jueves por la televisión estatal iraní, se escucha a una mujer que habla en francés y se identifica como Cecile Kohler decir que es una “agente de la DGSE”, el servicio de inteligencia francés.
Dijo que la pareja estaba en Irán “para preparar las condiciones para la revolución y el derrocamiento del régimen islamista iraní”.
Dijo que habían planeado financiar huelgas y manifestaciones e incluso utilizar armas “para luchar contra la policía”.
Según su compañero Jacques Paris, que también aparecía en el vídeo, los objetivos de la DGSE “eran presionar al gobierno iraní”.
La emisión fue condenada enérgicamente por el gobierno francés.
“Cecile Kohler y Jacques Paris están detenidos arbitrariamente en Irán desde mayo de 2022, y como tales son rehenes del Estado”, dijo su Ministerio de Asuntos Exteriores.
“La puesta en escena de sus supuestas confesiones es vergonzosa, repugnante, inaceptable y contraria al derecho internacional”, dijo en una declaración inusualmente dura.
Irán había anunciado el 11 de mayo la detención de dos europeos “que entraron en el país con el objetivo de desencadenar el caos y desestabilizar la sociedad”.
Posteriormente dijo que había detenido a dos ciudadanos franceses que habían entrado en el país con visados de turista.
Extracción de confesiones
Kohler y Paris son algunos de los ciudadanos occidentales detenidos en Irán, en lo que, según los activistas, es una política deliberada para obtener concesiones de Occidente, acusaciones que Teherán rechaza.
Los grupos de derechos con sede fuera de Irán han acusado en repetidas ocasiones a la República Islámica de extraer “confesiones” de los extranjeros detenidos y de los activistas iraníes bajo coacción, para luego difundirlas en los medios de comunicación estatales como herramienta de propaganda.
Un informe de 2020 elaborado por la Federación Internacional de Derechos Humanos, con sede en París, y su organización miembro Justice for Iran, afirmaba que los medios de comunicación estatales iraníes habían emitido más de 350 confesiones de este tipo en el espacio de una década.
Decía que los medios de comunicación estatales iraníes emitían “sistemáticamente” esas “confesiones” para infundir miedo y reprimir la disidencia, y añadía que las víctimas habían sido “sometidas a tortura y malos tratos”.
La autoridad judicial iraní emitió en octubre de 2020 una orden que prohibía la tortura, el uso de “confesiones forzadas”, el aislamiento, la custodia policial ilegal y otras violaciones de los derechos de los acusados.
Esto se produjo una semana después de la polémica suscitada por los vídeos publicados en las redes sociales en los que se veía a agentes de policía golpeando a detenidos en camionetas en plena calle.
Más de 20 occidentales, la mayoría de ellos con doble nacionalidad, están retenidos o se les impide salir de Irán.
Entre ellos se encuentra la investigadora franco-iraní Fariba Adelkhah, detenida en junio de 2019 y posteriormente condenada a cinco años de prisión por atentar contra la seguridad nacional, acusaciones que su familia ha negado rotundamente.
Otro ciudadano francés, Benjamin Briere, fue detenido en mayo de 2020 y posteriormente condenado a ocho años y ocho meses de prisión por espionaje, cargos que rechaza.
El ciudadano estadounidense Baquer Namazi, que había cumplido una condena de prisión por espionaje, abandonó Irán el miércoles, según anunció el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken.