Grupos de derechos de los periodistas y disidentes iraníes instan a Rumania a no deportar a un exfuncionario iraní a su país para que se enfrente a cargos de corrupción, diciendo que debería ser procesado en Europa por ordenar el arresto masivo de reporteros mientras se desempeñaba como juez en Teherán.
Gholamreza Mansouri, de 66 años, huyó de Irán el año pasado después de que las autoridades de ese país alegaron que aceptó unos 500 mil euros (560 mil dólares) en sobornos como juez. Los detalles de las acusaciones no han sido revelados.
La semana pasada, Mansouri hizo una declaración en un video virtual negando los cargos y alegando que salió de Irán para un tratamiento médico no especificado y que las restricciones de viaje por el coronavirus le impidieron regresar para enfrentar los cargos.
“Nunca, nunca, nunca le daré la espalda al sistema y a mi país. Considero a la República Islámica como un santuario”, señaló.
Irán está buscando su extradición. La semana pasada, el Capítulo Alemán de Reporteros sin Fronteras presentó una denuncia ante los fiscales federales de Alemania, instando a que se investigue a Mansouri por las denuncias de tortura y abusos de los derechos humanos por haber ordenado el arresto de 20 reporteros en Irán en el 2013.
El miércoles, los fiscales alemanes confirmaron que estaban investigando la denuncia, y Reporteros sin Fronteras dijo que ya había presentado una segunda denuncia ante las autoridades rumanas después de saber que Mansouri se había escapado de Alemania.
“Los gobiernos y los sistemas judiciales europeos deben actuar rápidamente para evitar que Gholamreza Mansouri escape de un castigo justo”, declaró Christian Mihr, director de Reporteros sin Fronteras en Alemania.
“No se puede permitir que nadie que haya estado involucrado en crímenes de Estado contra periodistas esté a salvo de la aplicación de la ley en Europa”, añadió.
Mohammad Hooshyar Emami, disidente iraní que vive en la capital rumana, Bucarest, desde 1991, afirmó a The Associated Press que ha presentado una denuncia ante la fiscalía rumana en consulta con el grupo de oposición en el exilio iraní Mujahedin-e Khalq, acusando a Mansouri de violaciones de los derechos humanos.
“También he sido preso político de este régimen y conozco la tortura y el dolor que sufren estas personas que luchan por la libertad a manos del régimen”, señaló en una entrevista telefónica.
No estaba claro cuando Mansouri viajó a Rumania, pero el portavoz judicial de Irán, Gholamhossein Esmaeili, afirmó el 13 de junio que Mansouri había sido arrestado allí y se esperaba que fuera devuelto a Irán “en los días siguientes”.
Las autoridades rumanas no devolvieron inmediatamente las llamadas en busca de comentarios. Una decisión publicada en un sitio web del tribunal de apelaciones de Bucarest, con fecha del 12 de junio, mencionaba que Mansouri había sido liberado de la custodia y puesto bajo “control judicial” durante 30 días mientras se revisaba la solicitud de extradición de Irán, lo que significa que no puede salir de Rumania y debe presentarse si es convocado. La embajada de Irán no devolvió las llamadas.
Mansouri es más conocido por haber ordenado el arresto masivo de los reporteros en el 2013, hacia el final del mandato del presidente, Mahmoud Ahmadinejad.
Pero en el 2012, también prohibió el diario reformista Shargh y detuvo a su jefe editor por una caricatura publicada que las autoridades consideraron insultante para los que lucharon en la guerra entre Irán e Irak.
Scott Griffen, director adjunto del Instituto Internacional de Prensa con sede en Viena, calificó a Mansouri de “figura clave responsable de la persecución masiva y arbitraria de periodistas en Irán”.
“Las autoridades rumanas deben tomar las medidas necesarias para garantizar que se le haga responsable de sus actos ante un tribunal de Europa”, mencionó Griffen. “Es muy poco probable que su extradición a Irán dé lugar a alguna forma de justicia”.