El líder del grupo terrorista libanés Hezbolá dijo el sábado que la muerte de la mujer kurda Mahsa Amini bajo custodia policial iraní era un “incidente impreciso” que se estaba explotando contra Teherán.
Una ola de violencia callejera ha sacudido a Irán desde que Amini, de 22 años, muriera tras ser detenida por la policía de la moral por no respetar supuestamente el estricto código de vestimenta de las mujeres de la república islámica.
En un discurso pronunciado el sábado, Hassan Nasrallah dijo que su muerte, en circunstancias que dijo no estaban claras, estaba siendo explotada para incitar las protestas.
“El Estado iraní es un objetivo y por ello se aprovecha cualquier incidente… para incitar contra este Estado”, dijo Nasrallah.
“Este vago incidente fue explotado y la gente salió a las calles”, dijo, refiriéndose a la muerte de Amini.
El jefe de Hezbolá, cuyo grupo terrorista está respaldado por Irán, dijo que las protestas que sacuden el país no reflejan la verdadera voluntad del pueblo iraní que, según dijo, es leal a su liderazgo.
Irán “es más fuerte que nunca y no se verá afectado”, afirmó.
El viernes se celebraron protestas en todo Irán por decimoquinta noche consecutiva, a pesar de la sangrienta represión que, según el grupo de Derechos Humanos de Irán, con sede en Oslo, se ha cobrado más de 80 vidas.
Se trata de los disturbios más sangrientos en Irán desde la despiadada represión de las manifestaciones de noviembre de 2019 por una repentina subida de los precios del combustible que causó la muerte de al menos 304 personas, según Amnistía Internacional.
Irán ha culpado a fuerzas externas de las protestas a nivel nacional.