Irán dijo el martes que había arrestado a una célula armada que trabajaba para la agencia de espionaje israelí del Mossad que planeaba utilizar un cargamento de armas para provocar la violencia durante las protestas en el país.
Irán, que suele culpar a Israel y a Estados Unidos de los disturbios internos, ha visto crecer las manifestaciones en las últimas semanas por la escasez de agua en el suroeste del país.
Teherán no aclaró cuántas personas fueron detenidas, ni sus nacionalidades, pero dijo que fueron detenidas en la frontera occidental del país – Irán limita con Turquía e Irak al oeste. No estaba claro cuándo fue detenido el grupo.
Según un informe de la agencia de noticias Mehr, se incautó un gran botín de armamento, incluyendo pistolas, granadas, rifles, escopetas y munición.
“Algunas de ellas se utilizan para provocar enfrentamientos durante las protestas”, dijo un funcionario iraní a los medios de comunicación estatales, según la agencia de noticias Reuters.
Un funcionario no identificado del Ministerio de Inteligencia dijo a Mehr que los supuestos agentes de Israel pretendían utilizar el armamento durante “disturbios urbanos y asesinatos”.
El funcionario afirmó además que Israel intentó llevar a cabo actos de sabotaje durante las recientes elecciones del país, pero esos ataques fueron frustrados.
Irán detiene y condena ocasionalmente a personas a las que acusa de espiar en nombre de países extranjeros, especialmente de Estados Unidos e Israel. Irán también ha culpado al Mossad y a Israel de varios ataques contra sus instalaciones nucleares y sus científicos.
El anuncio de la detención de la supuesta célula se produjo después de que al menos cinco personas murieran en los últimos días en el marco de las protestas por la escasez de agua que afecta a la provincia iraní de Juzestán, una zona del país rica en petróleo y muy conflictiva.
Los activistas afirman que el número de muertos es mayor.
Irán lleva semanas sufriendo apagones, en parte por lo que las autoridades describen como una grave sequía. Las precipitaciones han disminuido casi un 50% en el último año, dejando a las presas con un suministro de agua cada vez menor.
Las protestas en Khuzestan se producen en un momento en el que Irán está luchando contra los repetidos aumentos de las infecciones de la pandemia de coronavirus y en el que miles de trabajadores de su industria petrolera han iniciado huelgas para exigir mejores salarios y condiciones.
La economía de Irán también ha luchado bajo las sanciones de Estados Unidos desde la decisión del entonces presidente Donald Trump de retirar unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Teherán con las potencias mundiales, lo que hizo caer el valor de la moneda de la República Islámica, el rial.
Las protestas se han extendido a Teherán, y fueron mayoritariamente pacíficas el lunes, aunque varios manifestantes gritaron “¡Muerte al dictador!”.
Además, en el oeste de Irán se han producido combates ocasionales entre las fuerzas iraníes y los separatistas kurdos, así como con terroristas vinculados al grupo Estado Islámico.